Las historias de narcotraficantes son un verdadero imán para las películas y las series. Como en su momento fueron los gángsters, hoy los líderes del narcotráfico han sido protagonistas de innumerables versiones de ficción de sus vidas, crímenes y consecuencias. Pero también hay otro género, el de la delincuencia cotidiana, el de los que trafican drogas en los barrios, el de los vendedores que comercian con los consumidores y todo el ambiguo universo marginal de aquellos que eligen el camino de la delincuencia para ganar su sustento. La informante (All Souls), estrenada en HBO Max, cuenta una de esas pequeñas historias.
River es una joven vendedora de drogas que fácilmente es detectada por agentes y arrestada con el fin de ser usada como informante. River tiene una hija pequeña a la que no volverá a ver pronto si es arrestada. Le ofrecen el trato de convertirse en informante a cambio de no arrestarla. Contra la espada y la pared, River acepta la peligrosa misión para no perder a su hija Jade. El largometraje, que dura menos de 90 minutos, arranca rápidamente con el conflicto, sin dar vueltas. Por ese mismo motivo, es evidente que la misión sencilla pronto se convertirá en todo lo contrario.
Aunque River es una delincuente, está claro que no usa armas, ni amenaza, ni extorsiona, ni ejerce violencia hacia nadie. Es el eslabón débil en una cadena de desesperación y crimen. Por un lado los consumidores, por otro los traficantes y, en el medio, ella. El film consigue en la primera mitad un alto nivel de suspenso, logrando combinar el drama humano con el policial. Mikey Madison, a quien vimos en Había una vez… en Hollywood (2019) y Scream (2022), realiza una interpretación intensa sobre la cual se sostiene gran parte de la trama, tanto del suspenso como del drama.
La corta duración de La informante es una inteligente decisión por parte de los realizadores, porque a medida que avanza la historia se vuelve más complicado mantener las propuestas del comienzo, y el suspenso inicial debe ceder frente a la resolución de la historia. Una duración mayor habría dado un balance negativo, mientras que aquí encontramos una película despareja pero más digna, que toca temas importantes y lo hace con bastante oficio.