No me llame Ternera, bajo la dirección de Jordi Évole y Màrius Sánchez, ya está disponible en Netflix. El polémico documental ofrece una perspectiva única sobre el grupo terrorista ETA a través de una entrevista exclusiva con Josu Urrutikoetxea, también conocido como Josu Ternera. La película, que desencadenó una significativa controversia antes de su lanzamiento, busca ofrecer una mirada inédita al interior de ETA (Euskadi Ta Askatasuna, País Vasco y Libertad en euskadi), abordando momentos decisivos hasta su disolución en 2018.
Este metraje, que se presentó por primera vez en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, enfrentó una fuerte oposición previo a su lanzamiento. Un grupo de 500 ciudadanos, incluyendo personalidades culturales y víctimas de ETA, solicitó la retirada del film, argumentando que contribuía al “blanqueo” de la historia terrorista en España. Sin embargo, el director del festival, José Luis Rebordinos, defendió su inclusión, instando a los críticos a ver la película antes de formar una opinión.
El debate se disipó en gran medida después de su exhibición, con varias víctimas afirmando que el documental no justifica de ninguna manera el terrorismo. En cambio, se percibe que Urrutikoetxea es presentado de manera negativa, una visión respaldada incluso por críticos de Sortu y el propio exlíder de ETA.
La historia del terrorista
Josu Urrutikoetxea se unió a ETA en la década de 1960, en un período de creciente activismo contra el régimen de Franco. Durante su tiempo en ETA, desempeñó varios roles clave, incluyendo la participación en acciones armadas y en la toma de decisiones estratégicas de la organización.
Estuvo implicado en varios ataques notorios, incluido el asesinato del directivo de Michelin Luis Abaitua en 1979. Su permanencia en el grupo también incluyó un papel en la masacre de Hipercor en Barcelona en 1987, uno de los ataques más mortales de ETA, que resultó en la muerte de 21 civiles. Aunque su participación directa en este ataque ha sido objeto de discusión, fue un líder influyente en ETA durante ese tiempo. En 1989, Urrutikoetxea fue elegido miembro del Parlamento Vasco por Herri Batasuna, el ala política de ETA, pero su carrera política fue breve debido a su implicación en actividades terroristas.
Josu Ternera pasó muchos años prófugo de la justicia, evitando su captura hasta 2019. Durante su tiempo en la clandestinidad, se cree que jugó un papel fundamental en las decisiones estratégicas de ETA, incluyendo la declaración del alto el fuego en 2010 y la disolución final de la organización en 2018.
Su captura en 2019 en los Alpes franceses puso fin a una de las persecuciones más largas en la historia del terrorismo en Europa. Urrutikoetxea ha sido una figura controvertida, condenada por unos como terrorista y vista por otros como un actor clave en el cese de la violencia de ETA y en los esfuerzos de paz en el País Vasco.
No me llame Ternera destaca por su enfoque directo y crudo sobre los hechos y acciones de ETA, incluyendo la participación de Urrutikoetxea en atentados notorios y su papel en el comunicado de disolución de la banda en 2018. A lo largo del documental, Évole, conocido por su estilo incisivo, explora el contexto ético del terrorismo, comparando las acciones de ETA con el terrorismo yihadista.
Con su llegada a Netflix el pasado 15 de diciembre, el documental se hace accesible a un público global, permitiendo una comprensión más profunda de un capítulo oscuro en la historia de España.