Un científico de bajo perfil advierte al Gobierno sobre un cometa en curso que colisionará pronto con la Tierra. Sus alertas son inicialmente ignoradas por las autoridades, quienes están más preocupadas por las posibles repercusiones políticas. A medida que avanza la historia, el investigador gana fama y sus premoniciones dividen a la sociedad entre los que toman en serio la amenaza y aquellos que no. Esta es la trama base de No miren arriba (Don’t Look Up), la exitosa película satírica sobre el cambio climático de Netflix estrenada en 2021. Coincidentemente, es el mismo argumento de la novela Stanley’s Comet, escrita por William Collier y autopublicada en 2012.
El autor estadounidense está seguro que este caso se trataría de un plagio a la premisa su libro, por lo que el pasado 4 de diciembre presentó una demanda interpuesta ante el Tribunal Superior de Los Ángeles en contra del servicio de streaming, el guionista del film Adam McKay y la productora Hyperobject Industries.
El abogado de Collier señala importantes similitudes en la trama y los personajes entre el largometraje y el texto, apoyándose en el análisis del profesor de literatura comparada de la USC, David Roman, quien destaca que las dos obras no solo comparten fuertes similitudes en los arcos argumentales sino también en los temas y el tono satírico que utilizan para hacer una crítica de los medios de comunicación, el gobierno y la élite cultural, mostrando su superficialidad y su dependencia de las encuestas de opinión y algoritmos de redes sociales.
Además, el escritor relata en el documento presentado que, antes de publicar de manera independiente, envió una copia en 2007 a Adrienne Metz, asistente ejecutiva en Jimmy Miller Entertainment, una empresa dirigida por el exmanager y coproductor de McKay. El ejemplar fue enviado bajo el entendimiento de que sería presentado para consideraciones de venta una práctica usual en la industria del entretenimiento. Al haber recibido el sello de recepción, se implica la posibilidad que fue transmitida al propio guionista.
Silencio de los involucrados
A pesar de la insistencia de los medios de comunicación estadounidenses, ninguno de los demandados ha emitido comentarios respecto a la acusación, la cual persigue una compensación monetaria que asciende al menos a 5 millones de dólares. De validarse legalmente el reclamo, representaría infracción de derechos de autor y violación de un contrato implícito de hecho, lo que genera nuevos interrogantes sobre la delgada línea entre la inspiración y la apropiación indebida de contenido creativo.
No miren arriba se promocionó bajo la escritura y dirección de Adam McKay, recibiendo elogios del público y múltiples nominaciones, incluido a cuatro categorías de los Oscars y al mejor guion original por el Writers Guild of America (WGA). La película se encuentra disponible en el catálogo de Netflix.