Samoa Americana es una región con características peculiares. Es el último lugar del mundo que recibe el Año Nuevo, el total de su población estimada es de solo 40,000 personas (la mitad de la capacidad del Estadio River Plate) y también fue considerada por mucho tiempo la peor selección nacional en la historia de la FIFA. Treinta partidos perdidos en 17 años. Ni una sola victoria. Es en 2011 que comienza a gestarse un hito que quedaría grabado en el corazón de sus protagonistas. ¿Cuánto significa un gol, un solo gol, luego de haber vivido tanto tiempo en la derrota?
La película Gol gana (Next Goal Wins) se inspira en este evento real y lleva a la pantalla grande una comedia deportiva muy clara con su mensaje: la motivación y el trabajo en equipo son combustibles indispensables para conseguir una proeza deportiva. Aquí entra otro actor importante, un entrenador exiliado que llega a la isla con la misión de redimir al equipo que había sido humillado por Australia, con un marcador de 31-0 en 2001. Tiene solo tres semanas para preparar a los jugadores antes de los partidos clasificatorios de Polinesia a la Copa Mundial 2014. Taika Waititi, director del filme, convoca a Michael Fassbender en esta pintoresca aventura. El actor interpreta al técnico Thomas Rongen, que también tiene sus propios fracasos profesionales. Ese es el motivo por el que termina lejos de Estados Unidos y al frente de un equipo que él mismo cree insalvable.
La comedia es el género más desarrollado en la filmografía de Waititi, y ello distancia a Gol Gana del drama. Hay mucho sarcasmo, mucho humor irónico y situaciones tan absurdas que es imposible reprimir la risa. Aunque no es el mejor título que ha brindado el cineasta, logra conectar con el espectador que busca una opción divertida en la cartelera.
No obstante, algo que no termina de convencer es el desarrollo de los personajes, que salvo algunas excepciones, resulta plano. El tratamiento de los integrantes del equipo es bastante superficial, sin indagar en sus historias o conflictos quizá debido al enfoque en el entrenador. Pero si bien el rol de Fassbender tiene un arco emotivo por sus problemas de manejo de ira y una pérdida que lo ha marcado, su transformación también resulta algo abrupta.
En el largometraje, algunos de los hilos secundarios más interesantes son los de Jaiyah Saelua y Nicky Salapu. En caso de Jaiyah, se trata de la primera mujer transgénero que jugó en una clasificatoria oficial de la FIFA y en el film es interpretada por Kaimana. En su cultura, se identifica como fa’afafine, un término designado a las personas no binarias. Por otro lado, Salapu es el arquero que vivió la goleada histórica, pero evita unirse nuevamente al equipo por los recuerdos de lo ocurrido.
La mirada de Next Goal Wins es sencilla, tal como el objetivo que repite una y otra vez el hombre a cargo de la Federación de Fútbol de Samoa Americana: “un gol”. El mero hecho de que el balón cruzara el arco ya era un logro, y es una perspectiva que el Rongen de la ficción, ansioso por ganar, tarda un poco en entender. Pero, cuando comprende el motor que impulsa a los jugadores que dirige, el proyecto se vuelve cada vez más tangible.
El clímax del filme se distingue por un giro narrativo inesperado que inyecta una energía vibrante que inevitablemente contagia a la sala. Es un acierto en la propuesta del director y guionista. Además, el epílogo que conecta ficción y realidad sirve como un poderoso recordatorio de los eventos verdaderos. A pesar de ciertas limitaciones en el desarrollo de la trama, la película logra capturar la esencia de un equipo de fútbol luchando contra la adversidad, enmarcado en un contexto cultural poco explorado.
Gol gana está en cines de América Latina desde el 7 de diciembre.