Una obra maestra del cine coreano vuelve a las salas de cine

La película sobre una historia de venganza y violencia que se convirtió en un clásico gracias a la dirección de Park Chan-wook

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"Oldboy", una pieza clave en el reconocimiento mundial de la cinematografía de Corea del Sur. (Créditos: Show East)
"Oldboy", una pieza clave en el reconocimiento mundial de la cinematografía de Corea del Sur. (Créditos: Show East)

El cine coreano tuvo un largo recorrido antes de convertirse en la cinematografía que todo el mundo hoy conoce. Cuando Parásitos (2019) ganó el Óscar, muchos se sorprendieron, pero no aquellos que, desde finales del siglo XX, venían siguiendo la enorme cantidad de películas y directores que estaban circulando por diferentes países. Primero fueron los festivales de cine los que descubrieron este furor, pero luego llegaron a todas las salas. Hoy, por suerte, el streaming nos permite ver una mayor cantidad de películas de Corea del Sur. Oldboy (2003) es uno de los grandes clásicos de esa cinematografía, y su éxito fue tanto de crítica como de público. Entre los muchos premios que obtuvo, el más relevante fue el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes. ¿Pero por qué se convirtió en un clásico?

Basada en el manga japonés homónimo de Garon Tsuchiya y Nobuaki Minegishi, la película forma parte de la llamada Trilogía de la Venganza creada por el director y guionista Park Chan-wook. El protagonista es Oh Dae-su (Choi Min-Sik), un hombre que, al final de una noche de borrachera, es encerrado sin explicación en una habitación que es una mezcla entre habitación de hotel y calabozo. No sabe por qué ha sido encerrado y nadie se lo explica. Quince años permanece en ese estado hasta que, sin ninguna explicación, es liberado. Decide entonces emprender una venganza que es el corazón mismo de la película.

La transformación de un manga japonés en un fenómeno cinematográfico coreano a cargo de Park Chan-wook. (Créditos: Show East)
La transformación de un manga japonés en un fenómeno cinematográfico coreano a cargo de Park Chan-wook. (Créditos: Show East)

La adaptación del manga es muy libre y cambia varios elementos fundamentales, lo que demuestra la originalidad y los temas del director, más allá de elegir un texto previo. De hecho, basta con conocer el argumento para descubrir que se trata de una adaptación de El Conde de Montecristo, la novela clásica de Alexandre Dumas. La película de Park Chan-wook da cuenta de ese origen literario también. El director coreano, cinéfilo de pura cepa, decidió convertirse en realizador a partir de ver Vértigo de Alfred Hitchcock. En Oldboy no son pocas las imágenes que remiten al cine de Hitchcock y, por extensión, algunos trucos visuales de Brian De Palma. Más allá del contenido de la película, la parte formal es algo indispensable para el director. Cada una de sus películas tiene escenas visualmente memorables.

La Trilogía de la Venganza está conformada por Sympathy for Mr. Vengeance (2002), Oldboy (2003) y Sympathy for Lady Vengeance (2005), pero aunque esta clase de historias siempre funciona en el cine, en el caso de este largometraje hay una vuelta de tuerca con respecto al tema. Su complejidad es parte del éxito, aunque se trate de una película de una enorme violencia física y psicológica. A pesar de que en el recuerdo los espectadores creen haber visto ciertas imágenes, en la realidad el director sabe cómo evitar lo explícito, solo sugerirlo hasta el límite.

Choi Min-Sik y su icónica interpretación de un personaje atrapado en una venganza sin respuestas. (Créditos: Show East)
Choi Min-Sik y su icónica interpretación de un personaje atrapado en una venganza sin respuestas. (Créditos: Show East)

Cumple veinte años esta obra maestra de Park Chan-wook que tuvo, en el año 2013, una mala remake americana protagonizada por Josh Brolin y dirigida por Spike Lee. La posibilidad de verla en pantalla grande es una excelente noticia para los amantes del cine. Aunque es famosa por su final, a Oldboy le pasa lo mismo que a todos los clásicos: la mayoría los recuerda de forma parcial o incorrecta. No hay que dejar pasar la oportunidad de reencontrarse con esta enorme película del cine coreano, un clásico que marcó al género y hasta el día de hoy sigue siendo imitada.

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