Días de vinilo cuenta la historia de cuatro amigos: Damián, Facundo, Luciano y Marcelo. Son amigos desde la infancia y comparten su amor por el rock clásico y los discos de vinilo. Ya adultos, cada uno ha tenido que conseguir su manera de encontrar su lugar en el mundo, pero el casamiento de uno de ellos genera un cuestionamiento de todo lo que han hecho con sus vidas. Damián (Gastón Pauls) es cineasta, Luciano (Fernán Mirás) es locutor radial, Facundo (Rafael Spregelburd) siempre soñó con ser compositor, pero trabaja en un cementerio privado y Marcelo (Ignacio Toselli) lidera una banda tributo a Los Beatles.
Estos cuatro treintañeros vivirán, cada uno de ellos, su propia historia de amor, como si fueran cuatro comedias románticas que se van combinando en un guión que siempre encuentra la manera de sorprender y divertir. Una película con muchos personajes, todos ellos interesantes y con su momento de lucimiento. Los diálogos se mueven con naturalidad entre lo gracioso y lo inteligente, sin ponerse solemne, sin caer en la tontería.
Aunque los protagonistas son cuatro hombres, sus intereses románticos están completamente desarrollados y no son personajes sin vida. Amores y desamores con Vera (Inés Efrón), Lila (Emilia Attias), Karina (Maricel Álvarez) y Yenny (Akemi Nakamura), que serán el motor que hace avanzar la trama. Como hallazgo extra, aparece Leonardo Sbaraglia haciendo de él mismo, interpretando a un actor que quiere cambiar su carrera y le pide a Damián una historia completamente delirante. No es común en el cine argentino que los actores puedan reírse de sí mismos, directamente es una excepción.
El guión y la dirección de Gabriel Nesci, quien había mostrado su talento en la serie Todos contra Juan (2008-2010), logra que todos los actores alcancen su mejor trabajo, algo que también demuestra que es el guión y la dirección lo que permite que una película funcione con los actores logrando explotar su talento al máximo. Con ligereza y profundidad combinadas por partes iguales. Y sí, por supuesto, con mucha música, algo de nostalgia y una mirada sobre la amistad que funciona en cualquier época o país. Una de esas películas que son fáciles de querer y disfrutar.
Días de vinilo está disponible para ver en Netflix.