En el mundo del cine, Keanu Reeves es una figura icónica conocida por sus roles en producciones de acción y ciencia ficción. Sin embargo, en El abogado del mal (The Whole Truth), nos muestra una faceta completamente diferente de su talento actoral. Este thriller psicológico, disponible en Netflix, ha cautivado a los amantes del género y a quienes buscan una trama diferente y llena de sorpresas.
Si alguna vez te has preguntado qué sucede cuando el cine de tribunales se cruza con un thriller psicológico, la respuesta la encontrarás en esta historia. Esta película, dirigida por Courtney Hunt, mete lleno al espectador en un oscuro mundo de misterio y engaño, donde la verdad es un bien escaso y las apariencias pueden ser engañosas.
La trama se centra en Richard Ramsay, interpretado por Reeves, un experimentado abogado que se enfrenta al caso más complicado de su carrera. Su cliente es Mike (Gabriel Basso), un joven de 17 años acusado de asesinar a su propio padre. A primera vista, el caso parece un asunto abierto y cerrado: las huellas dactilares del joven están por todas partes, y el móvil parece claro como el día. Pero como en todo buen thriller, las cosas no son lo que parecen.
Lo que hace que El abogado del mal sea tan cautivador es su habilidad para jugar con nuestras expectativas. Justo cuando crees que has descifrado el rompecabezas, la película te lanza una curva que te obliga a replantearte todo lo que pensabas que sabías. Es un juego mental que no se resuelve hasta los últimos minutos y que te deja boquiabierto.
Un elenco cautivador
Keanu Reeves, conocido por sus papeles en títulos de acción como Matrix y John Wick, nos sorprende con una actuación llena de matices. Su personaje, Ramsay, es un enigma en sí mismo, un hombre que parece saber más de lo que está dispuesto a compartir. Frente a él, Renée Zellweger interpreta a la madre del acusado, una mujer cuya angustia es tan palpable como su misterio. La química entre los dos actores es innegable, y cada escena que comparten está cargada de tensión subyacente.
Pero el film es mucho más que un drama legal, ya que explora temas profundos como la moralidad, la justicia y la complejidad de las relaciones humanas. Nos obliga a cuestionar nuestras propias nociones de verdad y mentira, y nos muestra que, a menudo, la línea entre ambas es más borrosa de lo que nos gustaría admitir.
Este largometraje, que podría haberse perdido en el vasto océano de opciones en Netflix, se ha convertido en un objeto de culto para los amantes del género y para aquellos que buscan una narrativa que los haga pensar. Es una joya oculta que merece ser descubierta y ya se posiciona en el Top 10 de la plataforma.