El nuevo tráiler de Juego limpio pone sobre la mesa las reglas estrictas en una compañía financiera: está prohibido el romance entre empleados. Sin embargo, los analistas Emily (Phoebe Dynevor) y Luke (Alden Ehrenreich) han construido su propio mundo a escondidas, y tan avanzada va su relación que incluso están a puertas de casarse. Luego de que una inesperada noticia llegue a Emily, la película dirigida por Chloe Domont se convierte en un inquietante thriller donde la pasión es engullida por traiciones y codicia.
La realizadora que ha trabajado antes en las series Billions y Ballers describió al filme como “un exorcismo personal”. “Quería enfrentarme a algunos sentimientos no resueltos que tuve en el pasado, concretamente salir con hombres que se sentían amenazados por mi ambición o por algún pequeño logro”, expresó Domont para TUDUM. Para el proyecto, reunió a la cautivadora Dynevor, estrella de la serie Bridgerton, con el apuesto Ehrenreich, protagonista de Solo: A Star Wars Story.
El conflicto en este film de tintes eróticos surge debido al ascenso de Emily, decisión que no será bien recibida por su pareja y colega. “¿Por qué ella y no yo?”, parece preguntarse el hombre tras una felicitación poco sincera. En el avance, la tensión crece mientras su relación es llevada al límite, amenazando con desatar un peligro superior en una guerra de egos y traiciones. “A medida que la dinámica de poder cambia irrevocablemente, la pareja debe enfrentarse al verdadero precio del éxito y a los desconcertantes límites de la ambición”, adelanta la sinopsis de Netflix.
Eddie Marsan (Ray Donovan) y Rich Sommer (Mad Men) añaden su talento a Juego limpio como personajes clave en la compañía de fondos de inversiones One Crest Capital. Sebastian De Souza también integra el reparto.
Claustrofobia tóxica
La pérdida de confianza con alguien que comparte el mismo techo provoca una sensación de agobio que se agudiza con el tiempo. La claustrofobia deja de percibirse abstracta para convertirse en una situación real en el set de Juego limpio. Esta fue una estrategia ideada por la directora para reforzar su narrativa de tensión.
Según explicó Domont a TUDUM, “a partir del segundo acto, cuando empiezan a formarse las grietas de su relación, nosotros comenzamos a mover las paredes en un 10% (para reducir el espacio) en el apartamento cada vez que ingresamos hasta el final”. De forma literal, los pasillos se hacen más estrechos y así la pantalla capta a los protagonistas sofocados por su estado emocional. Lo que una vez fue un amor idílico ha sido consumido por la toxicidad de los celos profesionales. Puedes ver Juego limpio a partir del 6 de octubre en Netflix.