Las comedias sobre iniciación sexual han sido prácticamente un género desde hace décadas. Una vez caída la censura del cine clásico, los realizadores se atrevieron a tratar este tema con diferentes tonos, pero la premisa tuvo su mayor éxito cuando predominaba el humor. Hazme el favor (No Hard Feelings, 2023), escrita y dirigida por Gene Stupnitsky, es una nueva variante de esta clase de comedias sexuales. Maddie (Jennifer Lawrence) es una joven de más de treinta años que lleva una vida sexual libre y sin compromisos. Vive en un pueblo que subsiste gracias a la temporada turística, pero su economía está cada vez peor. A punto de perder la casa de su familia, la mujer descubre un insólito aviso: dos padres ricos y sobreprotectores buscan a alguien que tenga una cita con su hijo antes de que entre en la facultad. Siente que es la manera adecuada de que rompa el cascarón y tenga algo de vida social antes de ser universitario.
Maddie deberá seducir entonces al introvertido Percy (Andrew Barth Feldman) a fin de obtener a cambio un auto que le permitirá equilibrar sus cuentas. La única condición es que Percy no sepa la verdad y crea que Maddie se acerca él genuinamente. La diferencia de edad es grande, pero no se trata de que sean pareja, sólo que tengan un encuentro que despierte al muchacho antes de que su salida al mundo real lo encuentre sin experiencia.
La película es una comedia sexual bastante osada, con un humor que va del trazo grueso a la libertad sexual sin problemas. Pero todos sabemos lo que pasará: Maddie descubrirá que Percy es en realidad un joven brillante, lleno de inquietudes y valor, subestimado por sus padres controladores. El largometraje deja, poco a poco, un espacio para algo con más sentimientos, e incluso algo de melancolía. El cambio de tono podrá desencantar a los que buscan risas fáciles, pero es una buena forma de mostrar sofisticación y un enorme corazón, incluso en lo vinculado con lo sexual. El humor de la ficción encuentra a Jennifer Lawrence desprejuiciada, capaz de reírse de sí misma y poniéndose en ridículo sin problemas.
Una propuesta más original de lo que se puede imaginar y la actualización de una fórmula que siempre ha atraído a los espectadores. Gracias a la actriz de Los juegos del hambre, la historia tiene una vuelta de tuerca y la idea de la mujer libre le suma mucho más a el largometraje. El protagonista masculino también es muy carismático y la química entre ambos funciona perfectamente. Una sorpresa más compleja de lo que muchos pueden creer.