Chico conoce a chica. Se enamoran. El resto es historia. Muchas obras cinematográficas románticas giran en torno a esta propuesta básica para todo relato de amor. La probabilidad estadística del amor a primera vista (Love at First Sight) toma el mismo punto de partida, pero busca, a su vez, contar su historia en términos matemáticos, con un toque del destino personificado (Jameela Jamil, la estrella de The Good Place, sirve de narradora).
Hadley (Haley Lu Richardson) y Oliver (Ben Hardy) se encuentran de la forma más cliché: cruzan sus caminos en un aeropuerto de Nueva York mientras esperan su vuelo con destino al Reino Unido. La química entre ambos es inmediata. Sin embargo, más adelante, ocurre algo que también es bastante trillado en las comedias de romance: pierden el rastro el uno del otro cuando pasan el área de aduanas. Si esto fuera la vida real, dos personas de diferentes países que nunca intercambiaron sus números jamás se volverían a ver. Pero aquí, la fantasía y la promesa de un final feliz están del lado de los protagonistas.
El largometraje está basado en la novela homónima de la escritora estadounidense Jennifer E. Smith, quien ya tiene otro título adaptado por la plataforma, “Hola, adiós y todo lo que pasó”. El estilo de la autora se despliega con notoriedad en sus historias, pues los personajes que crea son algo sosos, pero con un trasfondo en cada uno que vale la pena explorar. En este caso, se nos presenta a Hadley, un personaje que Richardson construye con una personalidad awkward y supo explotar muy bien tras dar vida a la inexperta Portia en The White Lotus. Por otro lado, su coestrella hace lo propio con Oliver, en quien podemos profundizar más a nivel personal dado que la trama se ambienta mayormente en su país natal.
El elenco se complementa con otros rostros como Jameela Jamil, Rob Delaney, Dexter Fletcher y Sally Phillips. Y es que La probabilidad estadística del amor a primera vista no solo se sostiene en sus personajes principales, sino que los familiares que los rodean nos dan mayores luces sobre quiénes verdaderamente son. El film deja claro que su objetivo es retratar el amor, pero no solo el amor de pareja, sino también el que se comparte con los padres, los hermanos, o aquellos que aún estamos por conocer.
Esta película, con poco más de una hora y media de duración, está hecha para los aficionados del género romántico que, sobre todo, adoran las producciones británicas que han abordado este tema. La fotografía disfruta de colores muy brillantes y, por momentos, la intención de la directora Vanessa Caswill es que Hadley y Oliver se sientan como el centro del universo. Al enamorarse de forma tan repentina, el resto del universo parece no existir. Por tal motivo, el escenario del aeropuerto fue perfecto para enmarcarlos, ya que en el Reino Unido es donde ambos se separan y algunas secuencias aprovecharon las locaciones exteriores. La distancia y el mundo más grande se hacen presentes allí.
Con un poco de ayuda de sus padres y el destino, los dos enamorados encontrarán el trayecto ideal para reencontrarse, aunque la probabilidad diga todo lo contrario. En una era donde todo se calcula en base a estadísticas (incluso nuestros gustos y personas afines), Hadley y Oliver coinciden de la manera más tradicional, y dar el siguiente paso será un enorme desafío.
La probabilidad estadística del amor a primera vista está disponible para ver Netflix desde el 15 de septiembre.