Hay tantos talentos cruzados en Vivir (Living, Gran Bretaña, 2022) que no es sorprendente que el resultado sea tan emocionante y especial. Esta película protagonizada por Bill Nighy y dirigida por el director sudafricano Oliver Hermanus es una remake de la japonesa Vivir (Ikiru, 1952) dirigida por Akira Kurosawa. Este verdadero clásico inolvidable era a su vez una adaptación de otro título imprescindible pero de la literatura, la novela rusa de 1886 La muerte de Iván Ilich de León Tolstoi.
Transcurre en Londres en 1953, a pocos años de finalizada la Segunda Guerra Mundial, todavía reconstruyéndose después de los bombardeos del conflicto bélico. El primer personaje que conocemos es el joven Peter Wakeling, quien comienza su trabajo en el departamento de concesión de obras públicas del London County Hall. Ese día conocerá al jefe de la sección, el señor Williams, y sus nuevos colegas Middleton, Rusbridger y Hart. Williams es un hombre mayor, viudo, muy serio y formal. Cada pequeño detalle él se lo toma muy en serio. La burocracia de la que él es parte es mucho mayor, pero aun así él vive su tarea como una pieza fundamental. El señor Williams es el protagonista y está interpretado por Nighy.
Todo cambiará radicalmente cuando Williams descubra que le quedan sólo unos pocos meses de vida. No sabe cómo darle la noticia a su hijo ni a su nuera, pero empieza a cambiar su conducta con respecto al trabajo y a sus colegas. Por un lado comienza una amistad con una joven ex colega del trabajo, Margaret Harris, a la que intenta guiar en su nueva etapa y por el otro se toma como algo personal el construir un pequeño parque de juegos en medio de las ruinas de un barrio bombardeado. El parque había sido rechazado por las autoridades a pesar del pedido insistente de las vecinas. Todo este cambio es observado atentamente por el joven Peter Wakeling, la persona que está en la otra punta del recorrido laboral de Williams.
Vivir combina el talento de Tolstoi, Kurosawa e Ishiguro, mostrando como los detalles más simples y las historias sin tantas vueltas pueden alcanzar niveles de profundidad y humanidad francamente conmovedores. La película arma, escena tras escena, un retrato de un hombre que se enfrenta a lo inexorable e intenta dejar un pequeño legado. Explora la idea de que hay dos tipos de legados, aquel del que queda un registro físico, el parque, y aquel que tiene que ver con marcar las vidas de las personas, como ocurre con el joven Wakeling y la joven Margaret.
Billy Nighy, por supuesto, está fantástico en su rol. El legendario actor, famoso por sus roles histriónicos en, por ejemplo, Realmente amor, aquí arma un retrato delicado de un burócrata que busca despedirse del mundo con algo de dignidad y generosidad. La tristeza previa al diagnóstico, y la melancolía posterior, muestran su talento actoral sin igual. Por este trabajo obtuvo una nominación al Oscar a mejor actor en la última entrega de los premios de la Academia. Merecida, porque tanto su trabajo como la misma ficción son inolvidables.
La película Vivir está disponible en el catálogo de HBO Max.