Ha transcurrido más de una década desde que Top Boy hizo su debut en la pantalla británica, ofreciendo una visión cruda de los traficantes de drogas en el este de Londres. Aunque inicialmente no tuvo éxito y parecía destinada al olvido, la intervención del rapero Drake y una colaboración con Netflix no solo la resucitaron, sino que la catapultaron a la fama en la plataforma. Con su última temporada ya disponible en streaming, la serie se ha consolidado como un fenómeno cultural.
En esta última entrega, Dushane (Ashley Walters) y Sully (Kane Robinson) regresan al complejo universo de la venta de estupefacientes, enfrentando riesgos elevados, dilemas más complejos y figuras más matizadas. La sinopsis oficial agrega: “Mientras surgen nuevos problemas, todo lo que ambos construyeron se ve amenazado por factores internos y externos a su imperio. ¿Podrán coexistir siguiendo las normas por las que se han regido toda su vida en un mundo que cambia ante sus ojos? ¿O será que solo uno de ellos puede estar al mando?”.
“Sentimos la enorme responsabilidad de ofrecer una cierre con sinceridad y dignidad, honestidad y vulnerabilidad porque es algo que afecta a mucha gente”, expresó Walters en entrevista con GQ, destacando la carga de las expectativas asociadas al final de una obra tan apreciada.
No se puede abordar el renacimiento de la ficción sin aludir a Drake. El artista canadiense descubrió la producción en YouTube y quedó tan fascinado que contactó a su creador, Ronan Bennett. “Su aporte transformó la serie de un drama británico de nicho a un fenómeno global en Netflix, expandiendo su alcance e intensificando su relevancia”, declaró Bennett para BAFTA Guru.
Desafiando estigmas
Top Boy trasciende el género policial para convertirse en un prisma a través del cual se exploran temas sociales más amplios como la gentrificación, el desplazamiento, el racismo estatal y los lazos familiares. La sincera confesión de Walters [para The Times] acerca de que “lo ideal hubiera sido que las historia lo hubiese contado un afrodescendiente, y no un hombre blanco como lo es el guionista”, demuestra que el elenco tampoco elude tratar con realidades incómodas.
Quizá un ejemplo más significativo de ello en la nueva entrega sea una escena en la que Kieron es detenido por las autoridades migratorias. Joshua Blissett, quien da vida al personaje, se confesó con Cosmopolitan y dijo que era ”un honor y privilegio retratar eso”.
“La gente piensa que los individuos involucrados en las pandillas son unidimensionales, pero todos son multifacéticos. La razón por la que la gente empieza [a involucrarse en la violencia] es por la pobreza y la falta de oportunidades, por lo que esto humaniza y genera empatía”. La secuencia es un reflejo de las complejidades del racismo sistémico que la serie integra de manera efectiva en su trama”, añadió el actor.
El programa deja un legado que supera su duración episódica. Ha generado debates, inspirado análisis y, sobre todo, ha actuado como un espejo social. Al decir adiós a Dushane, Sully y los demás residentes de Summerhouse, los aficionados no pueden más que sentir gratitud. Los seis episodios de la tercera temporada de Top Boy ya están disponibles en Netflix.