En una cuidada recreación histórica del 2023, la película Oppenheimer, dirigida por Christopher Nolan, se mete de lleno en el profundo dilema moral del científico que jugó un papel clave en el desarrollo de la bomba atómica. Sin embargo, no todo es dramatismo y reflexión. El film también ofrece momentos sorprendentes y encuentros curiosos entre grandes mentes del siglo XX.
Cillian Murphy encarna con maestría a J. Robert Oppenheimer, un hombre atormentado por las implicaciones de su trabajo. Una escena destacada lo muestra compartiendo un momento íntimo con Jean Tatlock (Florence Pugh), momento en el cual se cita la famosa línea del Bhagavad Gita, una frase que Oppenheimer luego asociaría con la explosión de la bomba Trinity.
Sin embargo, uno de los momentos más inesperados es la aparición de Albert Einstein, interpretado de manera peculiar por Tom Conti. Oppenheimer y Einstein efectivamente cruzaron caminos. Se movieron en círculos similares, particularmente en el Instituto de Estudios Avanzados en Princeton, donde compartieron espacio en la década de 1950.
La elección de incluir a Einstein va más allá del mero espectáculo. Sirve como un contrapunto a la figura de Oppenheimer, planteando la interrogante: ¿Qué hubiera hecho Einstein en el lugar de Oppenheimer? ¿Habría llevado adelante el proyecto atómico?
Un diálogo ficticio, pero cargado de significado, se desarrolla entre los dos científicos al final del film. El creador de la teoría de la relatividad, anticipando el destino de su colega, le dice: “Ahora te enfrentas a las consecuencias de tu logro… Solo recuerda que no será por ti. Será por ellos”. Una reflexión que suena sorprendentemente cercana a conversaciones que bien podrían haber tenido en la realidad.
Las referencias históricas se extienden aun más con la mención del autor Kai Bird y su obra El Prometeo americano (American Prometheus), que sirvió de inspiración para el largometraje. Bird recuerda un episodio en el que Einstein critica a Oppenheimer por no rechazar la caza de brujas de la era McCarthy (macartismo), sugiriendo que debería haber dado la espalda a un país que no valoraba sus contribuciones.
Lo que dice la historia de esta relación
Aunque ambos trabajaron en áreas relacionadas de la física y vivieron durante el mismo período, su interacción directa fue limitada pero significativa. La coincidencia más notable entre estos dos gigantes científicos tuvo lugar en el prestigioso Instituto de Estudios Avanzados en Princeton, Nueva Jersey. Este último se convirtió en un centro de pensamiento avanzado y atrajo a muchas de las mentes más brillantes del mundo en diversas disciplinas. El campus, con sus edificios de ladrillo rojo y extensos jardines, era un lugar donde la colaboración y la discusión eran comunes.
Oppenheimer se unió al Instituto en 1947, asumiendo el cargo de Director. En este momento, Einstein ya era un miembro establecido, habiéndose unido en 1933 después de abandonar Alemania debido al ascenso del nazismo. No eran cercanos al inicio, no obstante, con el tiempo, desarrollaron un respeto mutuo y eventualmente se convirtieron en “algo así como amigos”, como lo expresó Oppenheimer en una carta a The New York Times en 1966.
Oppenheimer no solo es un reflejo del conflicto ético de un hombre y su contribución al arma más devastadora de la historia, sino también una representación del encuentro de dos mentes brillantes y las diferentes rutas que tomaron en el mismo contexto histórico.
La aclamada película de Nolan llegó a los cines de América Latina el pasado 20 de julio.
Seguir leyendo: