En el siempre temible terreno de la comedia romántica mediocre Felicidad para principiantes (Happiness for Beginners) intenta encontrar su propio espacio. Al año de divorciarse, Helen Carpenter (Ellie Kemper), una joven de 32 años, permite que su hermano menor, Duncan (Alexander Koch), la convenza de inscribirse en un curso de supervivencia en la naturaleza. El extraño y variado grupo al que se sumará Helen deberá hacer su primer viaje en una aventura de autoconocimiento. Pero su mayor sorpresa será ver a Jake (Luke Grimes), el mejor amigo de Duncan, anotado en el mismo curso para principiantes.
El único motivo para darle una oportunidad a un largometraje como este es la presencia de un dúo protagónico conocido. Kemper es una gran comediante que alcanzó su mayor logro al protagonizar las cinco temporadas de Unbreakable Kimmy Schmidt. Acá apenas si le permiten un lejano borrador de comedia y la someten a un personaje más dramático qué humorístico. Y Grimes fue inicialmente reconocido por la trilogía de Cincuenta sombras de Grey, pero también participó de buenas películas como Francotirador (2015) y ocupa también un lugar de privilegio en la serie Yellowstone. Aquí no tiene espacio para lucirse tampoco, lo mismo que le pasa a la protagonista.
Al guion verdaderamente le cuesta encontrar un rumbo claro, aún cuando tiene un número limitado de personajes. Toda la comedia que promete el viaje a la naturaleza se queda en nada. Muchas comedias saben aprovechar las posibilidades como las que ofrece una historia como esta, pero aquí por timidez, por mediocridad o por pereza, no hay ni un atisbo de ingenio para darle vida a la comedia.
Peor aún, el film explora todo un costado dramático que le queda muy mal y termina por distanciar al espectador. Una comedia mediocre o, incluso mala, es más tolerable que un drama oculto detrás de una comedia romántica. Si hay una película para perderse esta semana, sin duda es esta.
Felicidad para principiantes se puede ver en el catálogo de Netflix.
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