La segunda temporada de Heartstopper llegó este 3 de agosto a Netflix, poco más de un año después del exitoso debut de la primera entrega. La serie de romance LGBTQ+ se convirtió en un rápido éxito y la mente detrás de su fórmula narrativa es Alice Oseman, quien a su vez es creadora de las novelas gráficas. Protagonizada por Joe Locke y Kit Connor, la historia sigue a Charlie y Nick (interpretados respectivamente por ambos actores), dos chicos de mundos opuestos que se conocen inesperadamente en la secundaria y poco después se enamoran el uno del otro.
En los episodios pasados, la audiencia fue testigo de todo el camino que recorrieron los protagonistas para declarar sus sentimientos y estar juntos como pareja. Lo que sigue en esta continuación es más complejo: ¿qué pasará cuando Nick tenga que salir del clóset para hacer oficial su relación con Charlie? Gran parte del argumento de esta tanda de episodios gira en torno a esta interrogante, y le concede a la ficción una dosis de realismo más allá de lo tierno y adorable de la premisa inicial.
El viaje de Charlie y Nick en esta temporada se vuelve mucho más maduro, con obstáculos y angustiante; en un comienzo porque contarles a todos resulta difícil y luego porque hay traumas del pasado que aún se cuelan entre el maravilloso amor que tienen los dos. La salud mental pasa a tener un peso más fuerte ahora, ya que tanto Charlie como otros personajes —Darcy (Kizzy Edgell) y Isaac (Tobie Donovan)— tuvieron que lidiar con las consecuencias psicológicas de ser ellos mismos en distintos entornos. Ser aceptado no debería convertirse en una batalla interna, pero Oseman quiere dejar claro que ser “diferente” en pleno siglo 21 aún significa exponerse al odio, las burlas y la invisibilización.
Lo más destacado de la nueva temporada es el esperado viaje a Francia, uno de los pasajes favoritos de la trama para los lectores del cómic. Aunque la intención aquí no es juzgar qué tan bien está adaptado, podría decirse que la producción se esmera mucho en cuidar los detalles más importantes de lo que fue esta actividad escolar por las calles de París. Y si bien los momentos en el Louvre y el encuentro de Nick con su padre son piezas fundamentales de esta excursión, mucho de lo que pasa en el hotel donde se hospedan los estudiantes y los maestros contribuye notablemente al desarrollo de sus historias.
Más personajes LGBTQ+ en la segunda temporada
Series con historias y personajes heterosexuales son muchas —incontables—, pero en los últimos 30 años la televisión se ha permitido dar espacios a lo queer (ya sea de manera estereotipada o retratando sus experiencias a través de roles secundarios). Por eso, Heartstopper contribuye en abrir el camino para más títulos donde la diversidad LGBTQ+ sea la temática central, es decir, donde las vivencias homosexuales, lésbicas, trans, bisexuales y asexuales involucren a la mayoría del elenco. Conviven entre ellos y comparten sus aprendizajes como una comunidad, un aspecto que Alice Oseman tomó probablemente de situaciones personales, ya que ella misma se identifica como aromántica y asexual.
Para poner más encanto a esta segunda parte, la música fue fundamental para llevarnos por travesías bajo diversas perspectivas. “seven” de Taylor Swift, “Run Away With Me”, de Carly Rae Jepsen, “Bros” de Wolf Alice, “i wanna be your girlfriend” de Girl in red, “People Watching” de Conan Gray, “You Wouldn’t Like Me” de Tegan and Sara y más temas acompañan los episodios de manera brillante.
Ya puedes ver la nueva temporada de Heartstopper en Netflix.
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