El polémico reality de Netflix que usa la IA para simular infidelidades entre sus participantes

La producción española “Falso amor” da que hablar por su premisa extrema donde los deepfakes son el ingrediente principal

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La inteligencia artificial se pone al servicio del coqueteo en "Falso Amor", donde cinco parejas tendrán que decidir si lo que ven es real o deepfake. (Netflix)

Como si hubiese sido sacado de un episodio de Black Mirror, el reality español Falso amor (Deep Fake Love) ha levantado polémica por su escandaloso manejo de la inteligencia artificial. En este programa, cinco parejas dispuestas a probar la fortaleza de su relación son separadas en dos casas distintas. Luego de ser sometidos a irresistibles tentaciones, sus respectivos novios o novias tendrán de deducir si los videos que los muestran en besos y arrumacos con otros individuos son reales o meras creaciones de la IA.

Para sus detractores más acérrimos, el show bordea la tortura psicológica debido al increíble realismo de los deepfakes, videos que capturan a la perfección los rostros y gestos de los participantes. En definitiva, este no es un formato de citas común y corriente.

La periodista española Raquel Sánchez Silva conduce el controvertido formato. (Netflix)
La periodista española Raquel Sánchez Silva conduce el controvertido formato. (Netflix)

¿De qué trata “Falso amor”?

Como se mencionó, la tecnología juega un rol clave en este candente título de Netflix. Las cinco parejas llegan con romances que han durado desde ocho meses hasta nueve años. Como parte del show, se separan en dos villas: una de Venus y otra de Marte. Al ingresar a estas residencias se les informa que hay diez solteros y solteras dispuestos a todo para divertirse.

Luego, el juego pasa a otro nivel cuando llegan por primera vez a la sala blanca y son expuestos a las grabaciones de la casa opuesta. Los concursantes observan escenas que van desde besos hasta caricias subidas de tono de sus parejas. Naturalmente, hay llanto, indignación y shock entre los testigos que se sientan en el sofá de la verdad; hasta que la presentadora Raquel Sánchez Silva les revela lo siguiente: “Se acaban de enfrentar a la más alta tecnología. Un software capaz de hacer réplicas exactas de cada uno de vosotros”.

Esta es una prueba de fuego para la relación de estos 10 concursantes. (Netflix)
Esta es una prueba de fuego para la relación de estos 10 concursantes. (Netflix)

Cada vez que son convocados a la sala blanca, deberán decidir si lo que ven en pantalla es realidad o ficción. La dupla que haya cometido menos errores se llevará un nada despreciable premio de 100.000 euros.

La controversia

Muchos argumentan que el uso de deepfakes en un contexto de entretenimiento, donde las emociones y relaciones de las personas están en juego, es éticamente cuestionable. De hecho, una vez que se ha sembrado la desconfianza en los participantes, estos también entran en una espiral de dudas que los tienta a cobrar revancha. ¿Hay impacto psicológico al ver imágenes falsas pero convincentes de sus parejas en situaciones comprometedoras?

Los engaños reales han atrapado a otro grupo de televidentes, quienes siguieron con atención las reacciones de los implicados. (Netflix)
Los engaños reales han atrapado a otro grupo de televidentes, quienes siguieron con atención las reacciones de los implicados. (Netflix)

Asimismo, no se puede ignorar los riesgos innatos a los contenidos manipulados por inteligencia artificial. “Esta es tecnología floreciente, y aunque en algunos casos se ha utilizado para divertirse de forma absurda, la mayoría de las veces se emplea con fines abusivos: estafas, desinformación y, quizá lo más peligroso, insertar a personas reales en contenido pornográfico sin su consentimiento”, sostiene el portal Futurism en un análisis del programa.

Falso amor se desarrolla a lo largo de ocho episodios y está disponible en el catálogo de Netflix.

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