En el amplio universo cinematográfico de Christopher Nolan, conocido por abordar tramas complejas con un despliegue visual impresionante, hay un elemento que había permanecido ausente hasta ahora: las escenas de sexo. Con Oppenheimer, el aclamado director británico se aventura por primera vez en la representación de la intimidad en pantalla, con los personajes interpretados por Cillian Murphy y Florence Pugh.
El relato ambientado en la Segunda Guerra Mundial narra la vida del científico J. Robert Oppenheimer, conocido como el “padre de la bomba atómica”. Este título no solo se destaca por ser la primera película biográfica dirigida por Nolan, sino también por explorar a profundidad la vida amorosa de su protagonista. Los registros históricos cuentan que el físico se ve envuelto en un apasionado amorío con la médica Jean Tatlock (Pugh) antes de casarse con la bióloga Katherine Oppenheimer. El romance, que persiste a pesar del compromiso matrimonial del hombre, se convierte en un punto clave de la trama.
Para el cineasta, la inclusión de escenas de sexo no responde a un capricho estético, sino que es un instrumento para retratar la personalidad del investigador del Proyecto Manhattan y la intensidad de su conexión con Tatlock. “Cuando ves la vida de Oppenheimer, su sexualidad, cómo interactuaba con las mujeres, el encanto que exudaba, todo ello es esencial para su historia”, declaró Nolan a Insider.
La decisión se comprende aún más al saber que Tatlock, como una mujer comunista, tenía un perfil político totalmente opuesto al del protagonista. De hecho, una década después de la prueba de la bomba atómica, Oppenheimer fue acusado de tener nexos con dicho partido. La secuencia íntima fue incluida para mostrar por qué la relación de ambos individuos trascendía el aspecto ideológico.
“Sentí muy importante el entender su relación, y realmente explorarla y comprender por qué funcionaba; sin ser tímido o evasivo al respecto, sino tratar de ser íntimo y entender porqué ese romance fue tan importante para él”, explicó el director.
Las escenas sexuales de Florence Pugh y Cillian Murphy son uno de los factores que derivaron a la clasificación R de Oppenheimer, la primera vez que se describe así a un largometraje de Nolan desde Insomnia. En un plano aparte, el proyecto también marca un precedente en la producción cinematográfica al ser el primer film grabado con cámaras IMAX con película blanco y negro. Llega a los cines de América Latina este 20 de julio.
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