En una conversación exclusiva con Infobae, Eduardo Verástegui, actor y productor de “Sonido de Libertad”, compartió su visión y motivación detrás de este proyecto. La película, que destaca la lucha contra la trata de niños en Latinoamérica, ya se exhibe en los cines de Estados Unidos y se espera que llegue a México y al resto del mundo antes de que finalice agosto.
Dirigida por Alejandro Monteverde y con Verástegui en la producción, el film cuenta con la actuación principal de Jim Caviezel, conocido por su papel en “La Pasión de Cristo”. Más allá de ser una experiencia cinematográfica conmovedora, la película es también un llamado a la acción para abordar una problemática global urgente.
La trama se basa en la historia real de Tim Ballard (interpretado por Caviezel), un ex agente del gobierno de Estados Unidos que renuncia a su trabajo después de encontrarse con un niño de siete años que le pide que salve a su hermana perdida. Este encuentro marca un punto de no retorno para Ballard, quien se embarca en una peligrosa misión en la selva colombiana para rescatar a la niña.
Verástegui, reconocido por su talento en la pantalla y su compromiso con causas sociales importantes, nos habló sobre cómo su encuentro con un héroe de la vida real cambió su vida y lo llevó a producir una película que espera que cambie las vidas de otros.
–¿Qué te motivó a producir “Sonido de libertad”?
–Cuando conocí a un héroe de la vida real, Tim Ballard, y a su equipo de expertos en rescate de niños de la CIA y el FBI, quedé profundamente conmovido e inspirado. Escuché sus historias sobre viajes encubiertos a los rincones más oscuros del planeta para rescatar a niños secuestrados para explotación sexual. A pesar de los sentimientos encontrados de shock y depresión, supe que no podía quedarme callado. Como siempre he dicho, “es más triste que ahora que lo sabes, no hagas nada”. En ese momento, me di cuenta de que tenía una nueva misión en mi vida: dedicarme al 100% a hacer esta película, con la esperanza de que se convirtiera en una pieza importante que detonara un movimiento global con soluciones globales para un problema global, el tráfico de niños para explotación sexual.
–Me sentí particularmente llamado a actuar debido a mi amor por México y Estados Unidos, y mi deseo de combatir la trata de niños entre estos dos países. Enfrentar este problema significaba enfrentar la realidad de que Estados Unidos es el consumidor número uno de sexo con niños y México es su proveedor número uno. No quería quedarme callado, ya que el silencio solo estimula a los criminales. En lugar de eso, elegí usar mi plataforma para despertar a la gente a esta realidad y luchar para que nadie más sufra esta tragedia. A través de “Sonido de Libertad”, espero tocar los corazones de los espectadores y motivarlos a unirse a la lucha contra la trata de niños.
–¿Qué impacto esperas que tenga esta producción?
–Espero que millones de personas, al ver la película, se hagan la misma pregunta que yo me hice hace ocho años: ¿Qué puedo hacer para terminar con esta terrible realidad? Si cada uno se hace esa pregunta de manera honesta y le preguntan a Dios, “¿Cómo puedo ser un instrumento importante para terminar con esto?”, Dios te va a contestar. Yo espero que todos digan “adelante”, que levanten la mano y que se quieran unir a este movimiento que busca erradicar la trata de niños para explotación sexual. Invito a todos a ver la película y espero que esta película toque sus corazones.
–¿Cómo te preparaste para tu papel en la película?
–Para un proyecto como “Sonido de Libertad”, nunca estás completamente preparado porque el problema que aborda es demasiado grande. Estamos enfrentando una industria de más de 150 millones de dólares al año. Si piensas demasiado y tratas de prepararte en exceso, puedes sentirte abrumado. Este es un proyecto para el que tienes que estar de rodillas, rezando, pidiendo a Dios fuerza y sabiduría para mantener el enfoque y evitar las distracciones. Si dejas que entre el miedo, no avanzas. Dios quiere gente dispuesta a darlo todo, incluso su propia vida, para proyectos de este tipo.
–Desde hace 20 años, cuando hice un compromiso con Dios, siempre he tenido claro que quiero hacer proyectos que tengan el potencial de entretener y al mismo tiempo salvar vidas. Pero este problema es enorme. Me lancé a este proyecto como si saltara de una montaña sin alas, pero al mismo tiempo con las alas de la fe. La frase que me motivó a darlo todo fue “los niños de Dios no están a la venta”. Cuando le pregunté a Tim Ballard por qué hace lo que hace, me dijo que todo lo que hace, lo hace para la mayor gloria de Dios, a quien algún día tendrá que rendir cuentas. Eso era lo que necesitaba escuchar y decidí unirme a esta causa. Y aquí estamos.
Jim Caviezel calificó su participación en la cinta como una de las actuaciones más importantes de su carrera, solo superada por “La Pasión de Cristo”. El reparto también incluye a la ganadora del Oscar, Mira Sorvino, y al nominado al Emmy, Bill Camp.
Mel Gibson recomienda ver “Sound of Freedom”
Mel Gibson, director de “La Pasión de Cristo”, apoyó la película, destacando la importancia de concienciar sobre el tráfico humano, y en particular, el tráfico de niños. “Nuestro futuro son nuestros niños. El primer paso para erradicar este crimen es la concienciación”, recalcó Gibson.
Además de su impactante trama, la película demostró ser un éxito en taquilla. Según Box Office Mojo, el film lideró la taquilla en Estados Unidos el 4 de julio, superando a otros rodajes muy esperados como “Indiana Jones y el Dial del Destino” de Disney.
La producción, con su narrativa basada en hechos reales y su compromiso con la autenticidad, ha logrado captar la atención de la audiencia y generar una conversación importante sobre este tema. Pero más allá de su impacto en la taquilla, la cinta está generando un movimiento de base, una comunidad de espectadores comprometidos con la lucha contra la trata de personas.
El éxito de este film es un recordatorio de que el cine tiene el poder de cambiar el mundo, no solo al entretener, sino también al educar, al inspirar y al movilizar a las personas para que tomen medidas contra las injusticias. En un mundo donde la indiferencia a menudo prevalece, este tipo de películas son cruciales para mantenernos despiertos, conscientes y comprometidos con la creación de un mundo mejor.
Como dijo una vez el crítico de cine Roger Ebert, “las películas son la máquina más poderosa de empatía jamás inventada”. La producción de Verástegui es un ejemplo perfecto de esto, utilizando el poder del cine para arrojar luz sobre la oscuridad de la trata de niños y, en el proceso, inspirando a los espectadores a unirse a la lucha por la justicia y libertad.
Seguir leyendo: