La despedida de Indiana Jones en una aventura que está a la altura de su leyenda

Harrison Ford y una quinta entrega de una saga, titulada “Indiana Jones y el dial del destino”, que cambió para siempre la historia del cine

La quinta entrega de la saga trae de vuelta a Harrison Ford en su icónico papel como Indiana Jones. (Disney)

Los cazadores del arca perdida (Raiders of the Lost Ark, 1981) es una de las películas más influyentes de la historia del cine mundial, sus ramificaciones son tantas y tan variadas que exceden por mucho al género de aventuras al cual pertenece. El héroe interpretado por Harrison Ford es un clásico aún entre los clásicos, y tanto actor como personaje son inseparables. Por eso, y luego de 42 años, el estreno de esta quinta película marca el final de una era. Indiana Jones y el dial del destino (Indiana Jones & The Dial of Destiny, 2023), dirigida por James Mangold, tiene muy presente el lugar que ocupa y sabe perfectamente que no puede competir contra el realizador de los cuatro primeros largometrajes dirigidos por Steven Spielberg. No cuenta tampoco con varios de los colaboradores.

Los guionistas, entre los cuales está el propio Mangold, toman la historia escrita originalmente por George Lucas y Philip Kaufman y hacen una recreación respetuosa e inteligente de los cuatro films anteriores, todos ellos oportunamente citados, aunque sin que esto se transforme en lo más importante. Estar al servicio del personaje es lo correcto cuando uno se enfrenta a semejante historia. Respetarlo es la forma en la cual se llega a un buen resultado en una producción como esta.

Phoebe Waller-Bridge da vida a Helena y coprotagoniza el film con Harrison Ford en su regreso como Indiana Jones. (Disney)

Las aventuras originales de sus predecesoras eran en la década del 30, en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. El prólogo de la tercera entrega, con River Phoenix haciendo de Indiana Jones, transcurría en 1912. La cuarta entrega, Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, transcurría en 1957, en plena Guerra Fría. Ahora hay dos épocas en el relato. El comienzo en 1944 y el núcleo central del relato, en 1969. Cuarenta y dos años en la historia del cine para narrar 33 años del Dr. Jones de adulto. Ford impuso, como pedido para aceptar el rol, que su vejez fuera parte de la trama y que no se intentara evitar el tema. Se le puede agradecer a él, entonces, varios de los hallazgos de la película.

Indiana Jones y el dial del destino comienza con una memorable escena ambientada en 1944, donde el protagonista pelea contra los nazis ayudado por su amigo Basil Shaw (Toby Jones). Gracias a los archivos de Lucas, hay material de sobra como para hacer el mejor rejuvenecimiento digital que se haya visto. Esto es clave para el drama de la película y la contraposición con lo que vendrá después. En esa aventura encuentran un objeto que podría, al menos eso creen, cambiar la historia de la humanidad: la Anticitera, que se cree fue creada por Arquímedes. Como siempre en la saga de Indiana Jones, este será el motor para mover toda la maquinaria del argumento y todos los temas que desea tratar. Pero en este caso en particular, ese objeto encierra los temas más importantes que el relato ofrece. Allí, en ese gran prólogo, también se presenta al villano de la historia, Jürgen Voller (Mads Mikkelsen), quien volverá junto con el héroe años más tarde.

"Indiana Jones" es un santuario para los amantes de la literatura y el cine. (Disney)

Todo transcurre, más allá de un par de escenas, en 1969. En esa época, descubrimos a un Dr. Henry Jones Jr. ya viejo, aturdido por la música de The Beatles que escuchan sus vecinos y amargado por los pesares de su vida. En el día de su jubilación como profesor, se resigna a que a nadie le importe la arqueología y que sus estudiantes estén, como el resto del mundo, pendientes de los astronautas que han ido a la Luna y ahora han vuelto para un desfile. La única joven que parece interesada es Helena Shaw (Phoebe Waller-Bridge), la hija de Basil y ahijada de Indy, tan conocedora de la historia como él. Ella vendrá a proponerle una última aventura. Ella es una aventurera independiente y brillante, como lo era Marion (Karen Allen) en la primera película.

En Indiana Jones y el dial del destino, los nazis vuelven a ser los villanos y lo siguen siendo en 1969. Indiana Jones siempre peleará con ellos sin importar la época y el lugar. Pero irónicamente, al villano parece irle mejor en Estados Unidos que al propio Jones. Jürgen Voller es la versión de ficción de Wernher von Braun, el científico nazi que fue reclutado por la NASA y ayudó a ganar la carrera espacial. Eso le suma algo de desencanto al personaje central y a la historia, y al mismo tiempo le permite justificar su regreso a la aventura. Aunque es una fantasía, el film transcurre en un mundo cinematográficamente real, no sólo por la forma en la cual está narrado, sino también por sus apuntes vinculados con eventos de la historia.

Mads Mikkelsen como el doctor Jürgen Voller. (Disney)

En 2008, fue demasiado impactante ver el cambio que traía Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, pero aquí la saga aprovecha que los espectadores también han aceptado algunos cambios, principalmente en los efectos visuales. La trilogía inicial era antes de la era digital, mientras que estas dos secuelas están en otro momento de la forma en la cual se hace cine. La quinta entrega toma nota de todo aquello que no cayó tan bien y encuentra un tono más adecuado para el viejo Indiana Jones. El guion tiene un clímax inolvidable y más cercano al mundo del famoso arqueólogo. La cuarta película pagó el precio del cambio de época, pero eso aquí ya no es un problema.

Indiana Jones es Harrison Ford, el personaje nace con él y sólo puede ser él. Es imposible imaginar a otro actor en el rol. Algo parecido ocurre con la música de John Williams, hoy tan identificada con la historia como el propio Ford. Sin embargo, hay que reivindicar siempre a George Lucas y su deseo de homenajear al cine de las primeras décadas del siglo XX y su pasión por el folletín decimonónico. Sin un George Lucas enamorado de los seriales del cine mudo y los comienzos del sonoro, sin su manera de evocar a novelistas y cineastas pioneros, nada de lo que estamos disfrutando hubiera sido posible. Lucas además tuvo la inteligencia de contratar a su amigo Steven Spielberg en la cumbre de su energía como director. En Los cazadores del Arca perdida (hoy llamada Indiana Jones y los cazadores del Arca perdida), Spielberg puso todo lo que se le ocurrió para filmar un clásico inmortal. Desde Fritz Lang hasta John Ford, todo lo que sabía de cine Spielberg lo puso en cada plano. James Mangold, el director de la gran Ford vs Ferrari, sabe que no puede igualarlo y apunta simplemente a mantener el legado de su creación.

El respeto a los héroes viejos en "Indiana Jones y el dial del destino", un homenaje a su legado. (Disney)

Ford vs Ferrari es una gran película de una enorme sensibilidad clásica y está ambientada también en la década de los 60. Mangold es un realizador capaz de entender cómo es el cine en su forma más narrativa, sin perderse en subhistorias ni elementos que distraigan. Esta es muy efectiva en ese aspecto, su capacidad de concentrarse en lo importante es donde reside gran parte de su resultado. Pero además de la diversión, ofrece una reflexión sobre el paso del tiempo y lo hace a todos los niveles. Cada escena remite a eso y es tan inteligente como emocionante la manera en la que aborda este tema en el que el personaje central está obviamente inmerso. El paso del tiempo se siente y eso engrandece y humaniza al personaje por partes iguales. Quien conozca la serie cinematográfica sabe bien que no hay objeto que sea más importante que la vida de las personas cercanas. Aquí no estamos frente a una excepción, al contrario.

Aún siendo una película seria y con grandes temas, el humor está presente y en eso también consiste su ligereza y su falta de solemnidad, incluso al tratar sucesos terribles de la historia. Indiana Jones es la única saga que hace chistes contra los nazis, siempre lo hizo y hoy parece más osado que nunca insistir en ellos, pero lamentablemente también están vigentes. Es posible que el humor resulte incomprensible para las nuevas generaciones o tal vez no, pero los seguidores originales de la franquicia reconocerán absolutamente todo, porque además del humor, el guion se las ingenia para incluir elementos de las cuatro producciones anteriores. No son solamente citas, sino más bien el espíritu que animaba a aquellos títulos. Pero si se trata de continuar las películas anteriores, se destaca aquí uno de los finales más bellos que se hayan podido escribir para el personaje. Sin explicar ni contar nada de la trama, el clímax también es inolvidable y tiene categoría de clásico. Verdaderamente, Indiana Jones y el dial del destino está a la altura de lo que el personaje merecía.

El final épico de la saga presenta un clímax que deja huella en las aventuras del arqueólogo Indy. (Disney)

Y finalmente, hay que decir que el triunfo de esta serie de películas es la victoria de todo un imaginario cultural. Hay, aunque sea puro cine, toda una biblioteca detrás de Indiana Jones. Libros y libros, de ficción pero también de historia. Aventureros de todas las épocas y lugares. Hay un amor por ese legado que convierte a la propia saga en un santuario para los amantes de la literatura y el cine. Quien se acerque a estas películas saldrá iluminado por tanto espectáculo, pero también con hambre de conocimiento y aventuras. El respeto a los héroes viejos es también un homenaje a todos aquellos que han construido el lugar donde hoy viven las siguientes generaciones. Entre tanto cine efímero y de consumo sin compromiso, volver a Indiana Jones es volver a la vieja y siempre valiosa aventura de maravillarse, de aprender y de disfrutar del camino que nos lleva a la siguiente hazaña, dentro o fuera de la pantalla. Indiana Jones ya es parte de la historia y eso la hace doblemente apasionante.

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