65: al borde de la extinción es una de esas películas que pasan sin mucho ruido por los cines y terminan convirtiéndose en una sorpresa cuando llegan a las pantallas chicas. Un largometraje de ciencia ficción y aventura cuya acción trepidante está siempre al servicio de la narración y el entretenimiento en el sentido más puro de la palabra.
La acción principal de 65 (su título en inglés) transcurre en el planeta Tierra. Pero aunque es un film de ciencia ficción, no transcurre en el futuro, sino 65 millones de años atrás. El piloto Mills (Adam Driver) llega accidentalmente allí cuando la nave que comanda sufre un desperfecto que la hace caer en el planeta. El espectador no tardará en recordar que tiempo atrás la Tierra tenía habitantes muy distintos a los actuales.
Mills deberá enfrentarse a dichos habitantes mientras intenta averiguar cómo salir de allí. También descubrirá otra sobreviviente al accidente, una niña llamada Koa (Ariana Greenblatt) que no habla el mismo idioma que Mills. Ambos compartirán una peligrosa aventura mientras intentan entenderse mutuamente y luchan por no terminar muertos a manos de las criaturas del lugar. Son muchas cosas al mismo tiempo y eso le da a la historia su diversión y suspenso.
Tiene el espíritu del cine de segunda línea, lo que coloquialmente se conoce como cine clase B. Esas películas de sábado por la tarde y de doble programa, donde no importaba ni la bajada de línea ni el contenido solemne. Lo que valía la pena era sorprender y maravillar a cualquier precio y con presupuestos no tan elevados de producción. La historia posee suspenso, acción y una buena dosis de humanidad.
Los dos protagonistas tienen buena química y el metraje dura menos de 100 minutos, para respetar el mencionado tono de clase B. Aunque su factura es impecable, evita los excesos que suelen resultar agotadores en el cine de la era de los efectos digitales. La melancolía del personaje y el vínculo con la hija que dejó atrás en su planeta le aportan a 65: Al borde de la extinción una mirada mucho más sensible y humanitaria que otros títulos que se jactan de tener ese contenido sin ganárselo.
Aunque es posible que no acceda jamás a la categoría de clásico del género, al menos merece estar en la lista de las producciones dignas, buscando un estilo y confiando en sus dos actores centrales. Estrenada ahora en HBO Max, es la clase de títulos que uno se alegra de encontrar para disfrutar una y otra vez.
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