En 2016, cuando tenía diez años, Maya Kowalski ingresó en el hospital Johns Hopkins All Children’s debido a una extraña enfermedad. “Mientras intentaban comprender su enfermedad, los miembros del equipo médico empezaron a poner en duda los lazos que unían a los Kowalski. De repente, el Estado asumió la guardia custodia de Maya, pese a que sus padres estaban desesperados por llevarse a su hija de vuelta a casa. La historia de los Kowalski, contada por ellos mismos, cambiará para siempre tu percepción de la atención pediátrica”, así resume la sinopsis de este impactante documental de Netflix dirigido por Henry Roosevelt.
Cuiden a Maya (Take Care of Maya) es una producción desgarradora que muestra la historia de la familia Kowalski y su lucha por la justicia. A través de entrevistas exclusivas y revelaciones impactantes, destapa los horrores ocultos en un sistema médico que no cumplió con su deber de cuidado. La familia decidió llevar a Maya al Johns Hopkins All Children’s Hospital en San Petersburgo, Florida. Sin embargo, en lugar de encontrar una solución médica, se encontraron envueltos en una investigación por maltrato infantil. El personal médico sospechó que la madre de Maya, Beata, sufría del síndrome de Munchausen y alertó a los servicios de protección de menores.
¿Qué es el síndrome de Munchausen?
Se trata de un trastorno mental en el cual una persona simula o provoca síntomas de enfermedades o lesiones en otras bajo su cuidado con el fin de recibir atención médica. Aquellos que padecen este síndrome pueden inventar historias convincentes, recurrir a tratamientos innecesarios e incluso dañar para mantener a otro en un rol de dependencia. Es un trastorno complejo que involucra aspectos psicológicos y emocionales, y requiere atención profesional para su diagnóstico y tratamiento.
Evolución de caso y la tragedia en la familia Kowalski
Maya fue separada de su madre y pasó más de tres meses bajo custodia estatal. Durante ese tiempo, Beata sufrió un deterioro emocional debido al estrés y la angustia de estar lejos de su hija. Tras una batalla legal, Beata se suicidó, dejando a su familia destrozada y con la sensación de ser tratada injustamente. “Lo siento, pero ya no puedo soportar el dolor de estar lejos de Maya y ser tratada como una criminal. No puedo ver a mi hija sufrir de dolor y seguir empeorando”, decía la nota que escribió antes de quitarse la vida.
Actualmente, Maya vive con su padre y su hermano en Florida. Aunque aún lidia con el síndrome de dolor regional complejo (CRPS, por sus siglas en inglés), ha mejorado gracias a una terapia experimental. Después de un año de tratamiento, logró recuperar la capacidad de caminar y utiliza diversas terapias para enfrentar los síntomas persistentes.
La familia Kowalski presentó una demanda contra el Johns Hopkins All Children’s Hospital, que se espera que se lleve a juicio en septiembre. Maya y su padre buscan justicia y luchan por cumplir el deseo de su difunta madre.
La historia de Maya y su familia es un testimonio de resiliencia y valentía en medio de la adversidad, e invita a reflexionar sobre la importancia de escuchar y cuidar a aquellos que más lo necesitan. Además, es un título conmovedor que deja una profunda observación sobre el sistema médico en EE. UU. y la acción del Estado respecto a acusaciones sin argumentos sólidos.
Existen varias series que tratan casos verdaderos del síndrome de Munchausen como The Act (Lionsgate+), que narra la historia de Gypsy Rose Blanchard y su madre Dee Dee. Explora la relación tóxica entre ambas y cómo Dee Dee inventó enfermedades y síntomas en su hija. También está el documental Mommy Dead and Dearest, sobre el mismo caso en HBO Max.
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