Ha pasado cuatro años desde que la serie de humor ácido Los honestos Gemstones (The Righteous Gemstones) se estrenó por primera vez en HBO. La ficción creada por Danny McBride (también protagonista) introducía las desventuras, ambiciones y escándalos en una familia multimillonaria de televangelistas. Luego de unos cuantos crímenes que involucraron al poderoso clan en las temporadas previas, llega la tercera entrega en la que los hermanos Jesse, Judy y Kelvin alcanzan —finalmente— lo que siempre quisieron: autoridad para dirigir la megaiglesia que fundó su padre Eli.
“Creo que era muy fácil para los Gemstone fanfarronear tanto cuando en la práctica no tenían alguna responsabilidad real”, argumentó McBride en diálogo con Infobae. “Y creo que todos comienzan a darse cuenta de que podrían no estar completamente preparados para el puesto. Y es como aquel viejo refran de: ‘Ten cuidado con lo que deseas’. Parece que todos están lidiando con ello a su modo en esta temporada”.
En medio de estos caóticos individuos, la figura de Amber, cónyuge de Jesse, se erige como un faro de racionalidad que trata de hacer lo correcto. Cassidy Freeman (Smalville) cree que su personaje va más allá de ser una pieza decorativa pues, a estas alturas de la trama, ella busca su propio espacio dentro del ministerio en gente que la necesita como mentora. “Y también en su relación con Jesse. [Busca] cómo puede intervenir, no solo como una especie de esposa trofeo o una bonita arma, sino como alguien con quien trabaja en equipo”.
La religión y el humor en “The Righteous Gemstones”
Al ver la situaciones en las que los Gemstone se involucran a pesar de profesar un devoto cristianismo, es fácil levantar las cejas con incredulidad. El show no teme ironizar sobre las contradicciones y la avaricia de un tipo muy específico de creyentes cuya prioridad pasa a ser el lujo y la fama. En esa línea, McBride explicó que su proyecto nació al ver a predicadores por la televisión hablando sobre la necesidad de jets privados o vistiendo zapatillas de mil dólares entre otras posesiones ostentosas.
“Te hace pensar: ‘¡Oh, qué locura! ¿Qué dirá la congregación de eso? o ¿qué piensan ellos mismos sobre eso?’... Y ese fue como el génesis de toda la serie. ¿Cómo una persona pasa de tener la convicción de difundir la palabra de Dios a casi vivir por el capitalismo, el consumo y hacer toneladas de dinero. ¿Dónde ocurre esa transición? ¿Siempre estuvo ahí? ¿Ese siempre fue el propósito o se deformó en el camino?”, recordó el comediante.
Freeman precisó que si bien la serie aborda esos contrastes y debilidades humanas con una mezcla única de comedia negra y sátira social, “rara vez hacemos que la religion sea el centro del chiste”. La actriz añadió: “Podrías pensar que las personas que son religiosas o que tienen fe podrían ver nuestro show como desagradable o grosero; pero, en realidad, creo que lo encuentran más real y humorístico porque se resalta la hipocresía. Estamos enfatizando las partes que son fantasiosas o ridículas en lugar de la idea de fe en sí misma”.
Para ella —que no fue educada en un espacio religioso— la experiencia de grabar The Righteous Gemstones la hizo vivir lo que describe como “una especie de magia”. Debido a que la ficción reproduce la atmósfera de un culto dominical, Freeman comentó: “A veces puedo obtener una perspectiva real de esos momentos en donde a veces siento que realmente estoy en la iglesia, cuando estamos filmando esas escenas. ¡Es poderoso!”.
Puedes ver los episodios de The Righteous Gemstones en HBO Max. Cada miércoles se estrena un capítulo nuevo de la tercera temporada.
Seguir leyendo: