Sombras de un crimen (Marlowe) es lo que se conoce como un policial negro o film noir. Este género inaugurado en la década del cuarenta, estaba construido en base al imaginario de varios escritores de policiales que renovaron el género y lo pusieron en un clima de paranoia y angustia, generando universos de pesadilla que rápidamente el cine comenzó a copiar. El nombre film noir proviene de Francia, cuando estos autores fueron publicados en una colección llamada Serie negra, de la editorial Gallimard.
El concepto de policial negro fue más creado desde la teoría y la crítica que de una idea de los estudios. Los autores literarios más importantes que corresponden a dicho género son Dashiell Hammett, James M. Cain y, por supuesto, Raymond Chandler. La película Sombras de un crimen se llama Marlowe en el título original porque su personaje central es Phillip Marlowe, el protagonista de las novelas de Raymond Chandler.
A finales de la década del 30, en los arrabales de la ciudad Los Ángeles, el detective privado Philip Marlowe (Liam Neeson) es contratado para encontrar al ex amante perdido de una joven heredera (Diane Kruger) de una fortuna, hija de una famosa estrella de cine (Jessica Lange). Como ocurre con todos los policiales negros, lo que parece sencillo es tan sólo la punta del ovillo de algo mucho más grande y peligroso para todos los involucrados.
Para quien jamás haya visto un policial negro, Sombras de un crimen es casi un curso rápido para entenderlo. El detective perdedor que suele confiar que puede controlarlo todo pero el caso se complica cada vez más, la mujer bella y misteriosa que lo contrata pero no le dice la verdad, la oficina con el escritorio clásico y las persianas americanas en algún edificio viejo de la ciudad, el villano rico y poderoso con oscuros secretos, la policía entorpeciendo el caso, el asfalto mojada en las escenas casi siempre nocturnas y otros tópicos bien recreados en este largometraje.
Las citas y homenajes tampoco faltan. Un personaje siniestro es interpretado por Danny Huston, el hijo del director, guionista y actor John Huston. Justamente este legendario realizador fue quien hizo El halcón maltés (1941) para muchos el puntapié inicial del film noir e interpretó al villano en Barrio chino (1974) de Roman Polanski. Ambas son citadas oportunamente aquí. Y Jessica Lange, claro, protagonizó la versión de El cartero llama dos veces (1981), un clásico del policial negro.
El guion tiene algunas vueltas de tuerca que le hacen perder a la película su fuerza inicial, sostenida por el elenco en general y por Liam Neeson en particular. Aunque Marlowe debería tener muchos años menos que el actor, la presencia de Neeson es notable. Por eso seguramente lo eligió su amigo Neil Jordan, el director de la película que trabajó anteriormente con Neeson en Michael Collins (1996) y Desayuno en Plutón (2005). Además, es conocido por dirigir En compañía de lobos (1984), Mona Lisa (1986), El juego de las lágrimas (1993), Entrevista con el vampiro (1994) y Valiente (2007). Para los iniciados en el género esta película ofrece una reconstrucción de Los Ángeles y una mirada descarnada de la edad de oro de los estudios de cine. Un viaje al pasado realizado con oficio y visualmente atractivo.
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