Jennifer Lopez es una artista que ha triunfado en el mundo de la música pero que también ha demostrado, desde hace décadas, un interés por la actuación en el cine. La madre (The Mother) es su película más reciente y su éxito confirma la vigencia de la actriz y cantante. Lopez ha trabajado diferentes géneros con los más variados directores y tonos. Trabajó con algunos directores de larga trayectoria como Bob Rafelson, Francis Ford Coppola y Oliver Stone, así como también con Gregory Nava, el realizador que le dio el papel que cambiaría su carrera: Selena (1997). También se ha hecho responsable como productora de sus últimos papeles. Y si bien ha buscado asociarse con la comedia romántica, también ha buscado algunos roles dramáticos entre los cuales hoy se destaca esta nueva película de Netflix.
En la película, Lopez interpreta a una experta francotiradora del ejército que se termina involucrando con criminales. Su condición de implacable asesina tiene un revés inesperado cuando queda embarazada y a punto de parir y mal herida, es atrapada por el FBI. Nunca sabremos el nombre del personaje, pero sí conoceremos en las primeras escenas que debe renunciar a la tenencia de su hija recién nacida para protegerla de los terribles enemigos que buscarán venganza contra ella.
Aislada del mundo, ella vive sola, sin contacto casi con nadie y con una foto de su hija una vez al año, pero ninguna otra información más sobre su paradero o su nombre. Cuando la vida de la niña de 12 años corre riesgo, la madre deberá salir de su ostracismo para protegerla y enfrentar a todos los que buscan hacerle daño a través de la niña. Ella sabe quién es su hija, pero Zoe -así se llama- desconoce que la asesina es su madre, porque ha sido adoptada desde bebé por otra familia.
La madre combina un drama de maternidad con una película de acción. Frente a esa dualidad había dos opciones: una irresponsable y divertida película con tiros, persecuciones y peleas, o un prolijo y desanimado retrato de las responsabilidades de una madre que busca una oportunidad de crear lazos con su abandonada hija. Como el guion decide ser serio y no jugar con temas importantes, la película sale perjudicada sin arreglo por imponer su lado maternal sin tanto impacto.
La directora de la película -posiblemente elegida por Jennifer Lopez- es Niki Caro, una directora no siempre eficaz pero con oficio y varios buenos largometrajes. La realizadora neozelandesa se dio a conocer por la película La leyenda de las ballenas (2002) y dirigió luego títulos muy distintos como McFarland: sin límites (2015), Un refugio inesperado (2017) y Mulan (2020). Acá Caro no se luce, salvo en dos o tres momentos puntuales, cuando la acción se desata y con eso aparece la diversión. La siempre carismática J-Lo se quiere despegar de sus roles de comedia y se toma demasiado en serio las características de su personaje. Tiene energía, pero su cara está demasiado ofuscada todo el tiempo. También hay momentos de insólita precaución en los cuales el guion se encarga de ponerle casco a la heroína para andar en moto. Más que un film de acción, parece un institucional de seguridad vial.
Pero Lopez está mucho mejor que los antagonistas. Otro talentoso actor, Gael García Bernal, juega a ser un villano de las películas de James Bond, pero no resulta creíble. Y Joseph Fiennes es incapaz de expresar algo que conmueva o interese a los espectadores. Es importante elegir a la estrella de una película, pero también lo es acompañarla de otras figuras que acompañen de forma correcta. Más digna es la joven actriz que interpreta a Zoe, Lucy Paez y el aliado de la protagonista, Cruise, interpretado por Omari Hardwick. Hay algunos apuntes sobre maternidad bastante subrayados y demasiados momentos carentes de fuerza.
La madre tiene una buena idea de base, pero una ejecución demasiado tímida y preocupada por no tener ningún tipo de excesos. El precio es que también carece de identidad o estilo. La película está disponible para ver en Netflix.
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