Las comedias familiares siguen reinando en Netflix y para muestra la nueva apuesta del servicio de entretenimiento que se titula La familia tiene un precio. La producción italiana es dirigida por Giovanni Bognetti y busca explora lo que sucede cuando una pareja de padres, sintiendo la ausencia y el abandono de sus dos hijos, toman medidas drásticas para mantenerlos cerca de ellos.
La película es una nueva versión de la comedia francesa El precio de la paternidad y presenta a Christian De Sica y Angela Finocchiaro como los padres antes mencionados, Carlo y Anna. Dharma Mangia Woods y Claudio Colica interpretan a sus hijos adultos, Alessandra y Emilio, mientras que Fioretta Mari aparece como la abuela demasiado cínica de la familia.
La nueva producción utiliza el contexto de una familia rota para construir una comedia ligera y sin pretensiones, en la que el clásico choque generacional conduce a la inevitable reconciliación final. Este largometraje añade un tono más agridulce que el original francés, ya que se traslada a otra cultura, entorno y, sobre todo, el tono del proyecto se vuelve el de una comedia con mucho drama.
La familia tiene un precio comienza con los padres, Carlo y Anna, despidiéndose de sus dos hijos adultos cuando se mudan a Roma, dejando atrás su hogar y a sus seres queridos. Su hija, Alessandra, se va a ir a vivir con su novio dentista, Rocco (Francesco Marioni), mientras que el hermano, Emilio, comienza a trabajar en una oficina donde es mal pagado y tienen un jefe al que desprecia.
Para disgusto de la madre, después de mudarse, ambos hermanos pasan cada vez menos tiempo con sus progenitores y dejan de asistir a reuniones familiares. No se presentan al funeral de una tía, hacen promesas de visitarlos que nunca cumplen e incluso ignoran las llamadas telefónicas que les hacen, simplemente porque no tienen ganas de hablar con ellos. Todo empeora cuando los jóvenes deciden no pasar la navidad con sus papás.
Después de haber tenido suficiente de ser ignorados por su hijos, Anna y Carlo y afirman que la difunta tía les dejó una herencia considerable a los jóvenes. Por extraño que parezca, el plan funciona y tan pronto se enteran de la noticia, Alessandra y Emilio acuden a su vieja casa. Tras la mentira, madre y padre deben actuar con si ahora fueran ricos y gastar mucho dinero. El plan es mantener la farsa hasta Navidad.
La película escrita y dirigida por Giovanni Bognetti es la versión italiana de Mes très chers enfants, la comedia francesa de Alexandra Leclère y busca mostrar y analizar sin mayor pretensión el choque generacional actual que existe entre padres e hijos y que es una situación con lo que el espectador se puede identificar.
Toda la narración de la película se concentra en la amarga batalla familiar que se libra desde hace años y que cada vez se vuelve más recurrente con el paso del tiempo: los hijos que se olvidan de sus padres una vez dejan el hogar. El film de manera cómica, pero a la vez cruda y dramática, plasma a un sector de jóvenes desagradecidos e insensibles con sus papás.
Puedes ver La familia tiene un precio a través de Netflix.
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