Que el espectador no se deje engañar. M3gan parece ridícula, se ve ridícula, pero en el fondo, es ridícula. No es graciosa por error, lo es a propósito. Aunque es algo más complejo que eso, porque aunque es graciosa, no tiene chistes, sino más bien un juguetón sentido del disparate. Aún con algunos sobresaltos y un par de momentos escalofriantes, lo que se impone en la película es la diversión de su guion exagerado y sus situaciones que juegan a la parodia sin llegar a serlo.
Cady (Violet McGraw) es una niña de nueve años que pierde a sus padres en un accidente automovilístico. La única pariente que puede cuidar luego de esa tragedia es su tía Gemma (Allison Williams, la recordada actriz de ¡Huye!) una brillante e independiente experta en robótica y diseñadora de juguetes que trabaja en el más osado y vanguardista proyecto de inteligencia artificial aplicada a una muñeca llamada M3GAN (Model 3 Generative Android) cuyo tamaño real y su perfección estética es tan asombrosa como inquietante. Gemma, sin medir las consecuencias, conecta a la muñeca con Cady, en lo que parece un triunfo revolucionario, pero que pronto se verá como un desastre que pondrá en peligro a todos.
La película no esconde jamás su intención de ser para un público masivo y escatima, para bien o para mal, casi toda escena sangrienta o perturbadora. Los amantes del cine de terror se verán algo decepcionados por esto, aunque la película abre sus puertas a más espectadores con estas concesiones. Haberla hecho más terrorífica hubiera obligado también a tener más cuidado con las escenas que causan risa, simplemente hubiera sido otra película con resultados muy diferentes. Acá se eligió un camino y todo indica que la respuesta está siendo muy favorable.
También, aunque no quiera subrayarlo, la película analiza los peligros de una educación en manos de las máquinas y no de las personas, así como la irresponsabilidad de separar las decisiones de cualquier concepto moral sofisticado. No es una película sobre la maternidad, sino sobre el trabajo de los adultos de guiar a los niños por las contradicciones, las complejidades y también la fragilidad emotiva de la infancia. M3GAN llegó para quedarse, eso queda claro desde el comienzo hasta el final de la película, porque su gancho con el público es tan fuerte como el que tiene con su dueña Cady.
M3gan llega esta semana a todos los cines de América Latina.
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