Una serie de espionaje que encuentra el tono desde el episodio uno y que consigue moverse entre la comedia y el drama con una fuerte dosis de acción. Todo eso es el resumen de El novato, uno de los éxitos de Netflix en este momento. Empecemos diciendo que el título original es The Recruit, es decir el recluta, no el novato. Esto hay que mencionarlo, porque el creador de esta ficción es Alexi Hawley, el showrunner de la exitosa serie The Rookie, cuya traducción al castellano sería, justamente, el novato.
The Rookie es uno de los grandes éxitos de la actualidad y su protagonista, Nathan Fillion, tiene una participación también en la ficción recién estrenada. Aclarado esto, pasemos a la serie que se estrena ahora. El protagonista de El novato es Owen Hendricks (Noah Centineo), un abogado que empieza a trabajar para la CIA. Lo que parece un inicio relajado con trabajos de rutina se transforma muy rápidamente en una complicada misión de vida o muerte.
Owen se dedica simplemente a buscar pistas en los muchos y mayormente inútiles correos que llegan a la agencia hasta que se cruza con un peligroso activo que extorsiona a la agencia prometiendo contar todo lo que sabe en los años que estuvo en operación. Un activo es un agente que proporciona información, puede ser un doble agente o también un informante pago. En este caso es Max Meladze (Laura Haddock) una peligrosa mujer nacida en Bielorrusia que ahora está en prisión. En cuanto Owen haga contacto, se desatará un compleja y peligrosa trama de espionaje internacional.
La serie empieza con mucho ritmo y gran sentido del humor. Esto permite que el espectador compre la inverosimilitud de algunos detalles y se entregue a la diversión sin prejuicios. Luego irá agregando elementos para aumentar la acción y el suspenso, así como también el drama. Con inocencia, Owen intentará seguir con su vida personal como si nada, pero todo se irá enredando cada vez más.
Sin embargo, es esa mezcla la que permite que El novato conserve su humor en cada espacio donde esto sea posible. Conocemos las historias de novatos metidos en problemas y esta es una de las más logradas. Es posible que una de las claves de su efectividad esté en uno de sus productores y directores, Doug Liman.
Él es el director y productor de Identidad desconocida (The Bourne Identity, 2002), nada menos que la primera película de Jason Bourne. Los primeros dos episodios de la nueva ficción tienen la fuerza y la tensión de aquel film y sorprenden por su calidad. Quienes estén buscando una serie de espionaje, acción, drama y también humor, es este título el indicado para cubrir sus expectativas.
El cierre de la primera temporada de ocho episodios pide a gritos el estreno de la segunda en Netflix.
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