Si hay algo que distingue a la serie Murderville del resto es su capacidad de estar a la deriva desde el inicio y no saber si terminará en algo bueno o en un completo desastre. Ahora se estrenó en Netflix ¿Quién mató a Santa? Un misterio navideño en Murderville y las virtudes y defectos de la serie se repiten, aunque tal vez con un saldo más favorable.
La premisa de Murderville -remake de la serie británica Successville- es arriesgada y peligrosa. Un detective de ficción llamado Terry Seattle (Will Arnett) recibe en cada capítulo a un policía novato que lo acompañará en un caso de homicidio. Tanto Seattle como un par de sus compañeros siguen una historia principal, pero el novato cambia en cada nueva entrega. La gracia es que el novato es interpretado por una estrella invitada. Dichas apariciones especiales fueron desde Conan O´Brien a Sharon Stone.
Ahora bien, el chiste consiste en que absolutamente todos los que participan de la serie conocen la historia y al culpable, así como todas las pistas y diálogos. El único que no sabe absolutamente nada es el invitado, por lo cual la serie se mueve entre la improvisación, el delirio, la trama policial y algo así como una comedia del absurdo. Cuando se llega al final de cada episodio de media hora, la estrella invitada debe decir quién es el culpable. A veces acierta, claro, y a veces no. Una especie de reality de comedia policial con resultados bastante fallidos.
Pero el especial de Navidad, por suerte, tiene otra suerte. No sólo dura veinte minutos más que los episodios mencionados, también tiene más de una estrella invitada, en este caso Maya Rudolph y Jason Bateman. Ellos hacen de sí mismos pero el detective Terry Seattle les otorga un nombre de fantasía para el caso, además de inventarles identidades falsas durante la investigación. Hay más sorpresas pero lo menor es no adelantarlas. El espectador, si quiere, también puede en su cabeza ir imaginando quién es el culpable, porque todas las pistas están a la vista.
La serie fallaba, pero el especial tiene, en sus invitados, un acierto total. Desde el personaje asesinado que se sigue riendo después de muerto, hasta el desenlace que es simplemente desopilante, esta vez Murderville logra dar más o menos en el clavo. Hay varias escenas que son directamente ejercicios de improvisación y tanto Maya Rudolph como Jason Bateman se ríen y hacen reír a todos. Y como todo especial navideño de los últimos años, también hay un homenaje a Duro de matar, la película navideña no oficial de estos tiempos.
¿Quién mató a Santa? Un misterio navideño en Murderville ya está disponible en Netflix.
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