Las nadadoras cuenta la historia real de dos hermanas nacidas en Siria, ambas nadadoras de élite que soñaban con representar a su país en los Juegos Olímpicos. Su madre y su padre ponían en ellas la esperanza deportiva y, puntualmente, este último oficiaba también de entrenador. Pero, a partir del conflicto bélico y los bombardeos, las jóvenes tuvieron que huir de su país para buscar un futuro mejor en Europa.
Las hermanas Yusra y Sara Mardini son interpretadas por las actrices y hermanas Nathalie y Manal Issa, respectivamente. Las actrices le dan una autenticidad fundamental para que la película logre conmover y, a la vez, informar sobre la situación de las personas que se ven obligadas a dejar su país por conflictos bélicos. Son estremecedoras las imágenes de los refugiados arriesgando su vida a cada paso desde que deciden salir de su país con la esperanza de llegar a otro continente.
Aunque la historia en sí misma proporciona la emoción necesaria, está claro que es esta recreación precisa la que permite conectar con el espectador. A medida que avanza la trama el didactismo de la película queda manifiesto, pero lo que cuenta tiene el suficiente interés como para que esto no sea un problema.
Muchas veces se lee en las noticias acerca de la odisea de los inmigrantes, pero no siempre se puede mostrar lo que se arriesga para llegar a destino. Las nadadoras llegó a lo más alto en el ranking de Netflix, porque es muy difícil mantenerse indiferente frente a semejante historia.
A medida que la película culmina, va quedando claro que no solo es didáctica, también tiene una función muy clara de informar y denunciar, cerrando con un discurso claro y, prácticamente, un pedido de ayuda para los refugiados y un apoyo para quienes trabajan en ayudarlos.
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