Hay monstruos en todas las cinematografías, pero a los países de Escandinavia les corresponde tener unos en particular: los trols. Estas criaturas que habitan en las montañas son una presencia fundamental en las leyendas nórdicas y el cine no ha querido quedarse afuera. Troll Hunter (2010) y Border (2018) son ejemplos muy distintos del acercamiento a este mundo. Ahora se estrenó en Netflix una película muy ambiciosa que busca darle al mundo de los trols una calidad de superproducción internacional.
Trol (Noruega, 2022) sigue los pasos de Nora Tidemman (Ine Marie Wilmann), una paleontóloga que fue criada por un padre que creía que los trols no era una leyenda, sino una realidad. Ya adulta, su trabajo científico se ve interrumpido cuando la primera ministro de Noruega le reclama su presencia urgente. Algo ha ocurrido en la montaña y nadie sabe bien que es.
Pero Nora rápidamente deduce lo imposible, la criatura milenaria de cuentos de hadas y leyendas antiguas es una realidad. Y no sólo eso, sino que también, al despertar, es capaz de arrasar con todo, incluyendo la ciudad de Oslo.
Esta película noruega sale a pelearle de igual a igual a Estados Unidos, pero también al cine oriental. Si Japón tiene a Godzilla y Estados Unidos a King Kong, pues Noruega tiene un trol. Con las reglas del cine de Hollywood, la película divierte y sorprende.
Su director es Roar Uthaug, el mismo del film de cine catástrofe noruego La última ola (The Wave, 2015) y, ya en Estados Unidos, de Tomb Raider (2018). Por momentos, la película se mueve bien por los lugares comunes del cine industrial y, por otros, queda un poco fuera de juego por esos mismos recursos tan conocidos. Pero divierte mucho y, más allá de todo, consigue contar una historia que incluso se da el lujo de tener un poco de humor. Digno entretenimiento del cine nórdico.
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