Justicia Brutal, el título en Latinoamérica de Dragged Across Concrete (arrastrado a través del concreto) puede hacerle creer a los espectadores que se trata de una de esas películas de segunda categoría que aparecían a fines de la década del ochenta en los videoclubes. Nada más alejado de eso, ya que este largometraje es uno de los títulos más originales y personales que se han conocido dentro del cine policial de los últimos años.
Su director, S. Craig Zahler, es un realizador muy prestigioso que ya había llamado la atención con sus dos anteriores títulos, Frontera caníbal (Bone Tomahawk, 2015) y Brawl in Cell Block 99 (2017). Pero Justicia brutal es una película especialmente ambiciosa, arriesgada en muchos aspectos y finalmente muy exitosa, en contra de los pronósticos de los distribuidores preocupados por la duración y su fuerte cantidad de violencia.
La película tiene tres protagonistas, pero divididos inicialmente en dos líneas alternativas que se encontrarán en el último tercio. Por un lado Henry Johns (Tony Kittles), recién liberado y en libertad condicional, cuya madre ejerce la prostitución en el mismo departamento donde vive con Ethan, el hermano menor discapacitado de Henry. Por el otro, dos detectives, Brett Ridgeman (Mel Gibson) y Anthony Lurasetti (Vince Vaughn) son suspendidos sin sueldo por un video de brutalidad policial que se filtró en un arresto a un narcotraficante. Ambos están en una situación económica y personal muy complicada y esta suspensión aumenta aún más sus conflictos. Tanto el ex convicto como los detectives, terminarán involucrados con una violenta y salvaje banda de asaltantes de bancos. En el camino habrá muertes y todo se complicará aún más.
Justicia brutal no es la tradicional película de acción, sino que es una obra que busca reponer varios puntos de vista y mostrar el camino previo que lleva a las personas a tomar decisiones terribles. Conocemos el otro lado de la crónica policial. No son los únicos, también la película -en su escena más polémica- sigue a otro personaje que aparece para subrayar que la criminalidad conduce a tragedias que involucran a personas inocentes. No es una película fácil de ver, porque empieza con cierto realismo y luego se transforma en una pesadilla demoledora, más preocupada por el impacto emocional e ideas más abstractas que por la verosimilitud.
Además del director y guionista, la película tiene un elenco que merece ser destacado. Mel Gibson tiene uno de los mejores papeles de los últimos años y Vince Vaughn muestra una vez más su talento para el drama. Ellos dos son los verdaderos protagonistas, ya que Tony Kittles aparece menos en proporción. Algunos pequeños papeles están ocupados por grandes nombres, como Don Johnson o Udo Kier. Justicia brutal fue un éxito enorme en Estados Unidos pero no logró pasar por salas en muchos otros países.
Ahora en HBO Max se puede disfrutar de esta joya escondida detrás un título que no da cuenta de todo lo buena que es.
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