Una monja guerrera bisexual en una serie con grandes referencias al catolicismo que deberías ver

La segunda temporada de “Warrior Nun” se posiciona actualmente entre lo más visto de Netflix

Alba Baptista retoma su rol como la Monja Guerrera en los nuevos episodios. (Netflix)

La segunda temporada de Warrior Nun se estrenó en Netflix este mes sin una gran promoción de por medio, pero su brillante continuación la posiciona actualmente en el quinto lugar del Top 10 de series en inglés más vistas (alcanzó 27 millones de horas visualizadas). Basada en el cómic estadounidense Warrior Nun Areala, la serie de fantasía y acción debutó en el streaming en 2020 y, tras dos largos años, Alba Baptista retomó en las pantallas su rol como la Monja Guerrera.

La historia se centra en Ava Silva (Baptista), una huérfana cuadripléjica que fue abandonada a su suerte en un orfanato de España y que recibió una segunda oportunidad divina: portar el halo de la Monja Guerrera de la Orden de la Espada Cruciforme y luchar en nombre de la Iglesia Católica. Al principio, ella se niega a asumir dicha responsabilidad y solo quiere vivir bajo sus propios términos, pero termina por aceptar este pesado título.

"Warrior Nun" escaló al quinto lugar del Top 10 global de la plataforma. (Netflix)

Los nuevos episodios de la serie nos presentan a una Ava mucho más madura, aunque sin perder su sentido del humor, y enfrentada a la desesperanza frente al ascenso de un falso dios, el ángel Adriel. La misión de la joven y sus compañeras monjas será acabar con este ser de otra dimensión que amenaza con hacer caer la institución católica y podría acabar con el mundo al crear su propia base de feligreses llamados Primogénitos.

Las referencias al catolicismo y la temática LGBT

Warrior Nun es una ficción televisiva que marca una notable distancia de su material original, cuya protagonista luce un aspecto más sensual para la mirada masculina en las novelas gráficas. Por su parte, el creador Simon Barry opta por cargar con grandes referencias al catolicismo real, desde la aparición inesperada de una salvadora llena de inocencia (Ava) hasta la cinematografía con elementos muy vinculados a la religión (las cruces y la corona de espinas tienen roles claves para la trama).

La historia se inspira en el cómic "Warrior Nun Areala" y fue creada para la televisión por Simon Barry. (Netflix)

Su encanto recae en cómo se acerca con cautela hacia las creencias católicas sin dejar atrás los recursos fantásticos y un alto grado de contenido violento. A su vez, resulta impresionante ver a un grupo de monjas luchar con habilidades marciales y utilizar armas para salvar sus vidas en cada batalla. Si bien es la única que no ha tomado los votos católicos, Ava también funciona una extensión de Dios, aquella divinidad que aún no terminamos de entender del todo.

La inspiración de Barry también es tomada de los problemas actuales de la sociedad. Encontramos, en muchos casos, la pérdida de la fe por malos rostros de la Iglesia Católica o la tergiversación de hechos históricos como la historia de Areala, la primera Monja Guerrera que entregó su vida por luchar en las Cruzadas. Incluso, la Orden de la Espada Cruciforme pierde la fe en cierto punto por el avasallador poder de Adriel y su control sobre la humanidad.

Las referencias al catolicismo de "Warrior Nun" son uno de los puntos fuertes en la segunda temporada. (Netflix)

Otro punto a favor es lo bien que ha logrado resonar con el público LGBTQ+ al desarrollar minuciosamente un vínculo romántico entre Ava y Beatrice, su más inseparable colega en la orden. Esta decisión narrativa permite incluir un tema que en la realidad ha causado incomodidad por siglos en la Iglesia Católica: el amor entre personas del mismo género. Pese a ello, los personajes que rodean a ambas nunca las rechazan y entienden que cualquiera podría enamorarse de la Monja Guerrera –nacida aquí como una protagonista abiertamente bisexual–.

Lo nuevo de Warrior Nun llegó el pasado 10 de noviembre al catálogo de Netflix.

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