Apenas desembarcó en Netflix, La emperatriz (Die Kaiserin, su título original) se convirtió en uno de los títulos más vistos de la plataforma. La comparación con The Crown no tardó en aparecer ya que esta miniserie se mete de lleno en la realeza de Alemania.
La emperatriz comienza con un paneo de las hermanas Isabel (llamada por su madre como Sissi) y su hermana Elena. Cada una con un estilo diferente la ficción avanza a partir de esta familia. Mientras Sissi (interpretada por Devrim Lingnau) es rebelde, rechaza candidatos y disfruta la vida fuera del castillo, su hermana (Elisa Schlott) desea casarse bien y seguir con las reglas que impone la realeza.
El conflicto entre ambas va a surgir cuando su madre, Ludovika (Jördis Triebel, a quien conocimos en la serie alemana Dark) decida que Elena se case con Francisco José I (Philip Froissant) el heredero de la corona. Pero el amor va a decir presente más allá de la princesa Elena y Francisco se fijará en la hermana menor, Sissi.
La historia de amor que relata la serie es la de Sissi y Francisco que va a encontrar innumerables traspiés en su vínculo. Pero el casamiento entre ambos convierte a la joven Isabel de apenas 16 años en la emperatriz de Austria y reina de Hungría en 1854. La relación comienza con el pie izquierdo ya que Elena se siente traicionada, también contará con al oposición de la madre de Francisco, Sophia (Melika Foroutan) y con la envidia del hermano del emperador, el archiduque Maximiliano (Johannes Nussbaum).
La emperatriz cuenta con el guion de Katharina Eyssen (Secretos de Navidad, también en Netflix) y toma como punto de partida los primeros años de vida de Isabel de Austria. Fue la misma Eyssen quien dijo durante el evento Tudum que se tomaron varias licencias a la hora de contar esta historia. Por ejemplo, Sissi es mostrada como una mujer que odiaba la vida en la Corte y extremadamente liberal muy adelantada a los tiempos en los que vivía. “Elisabeth previó la desaparición de la monarquía, el colapso de los imperios en Europa. Ella simplemente no podía expresarlo correctamente. Entonces se convirtió en una jinete obsesiva, obsesionada con su cabello, su apariencia, su cuerpo. Todo porque, en mi opinión, ella cargó con el dolor y el sufrimiento de un imperio que se derrumba. Elisabeth en mi historia es una fuerza creativa de la naturaleza con un fascinante lado oscuro”, analizó la guionista.
Las comparaciones con Lady Di no tardaron en aparecer ya que Sissi padeció la vida en la realeza y también presentó trastornos en su alimentación y una obsesión por su cuerpo y su silueta. La primera temporada cuenta con seis episodios y todo queda listo para que la segunda entrega tenga lugar pero aun no fue confirmada desde la plataforma.
La miniserie La emperatriz ya se encuentra disponible en Netflix.
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