Hay muchas películas sobre la gente que se mueve por las calles, los que se ganan el pan y los que son delincuentes. Historias que van de la apología a la condena, pasando por diferentes matices. En la mayoría de los casos cuesta que esas historias se vean reales. Pero hace muchos años dos directores hicieron una película diferente, capaz de combinar las reglas de los géneros cinematográficos con una mirada auténtica sobre la marginalidad. Los directores eran Israel Caetano y Bruno Stagnaro. Juntos hicieron la película Pizza, birra, faso (1997). Luego cada uno siguió su camino. Caetano brilló con varios largometrajes, incluyendo Bolivia (2001) y Un oso rojo (2002). Bruno Stagnaro hizo una serie que fue furor en su momento, Okupas (2000), mientras que Caetano también dirigió una obra maestra de la televisión, Tumberos (2002). También fue uno de los creadores de El marginal (2016-2022) una serie que empezó bien y fue decayendo con las temporadas.
Togo es el regreso de Caetano a su mejor forma cinematográfica. La película cuenta la historia de un cuidacoches, Togo (Diego Alonso), que se enfrenta a unos traficantes de poca monta que intentan apoderarse de las calles donde él y otros trabajan. Aunque la lucha parece desigual y peligrosa, Togo no dudará en pelear por ellos y proteger a su propia gente. Todo transcurre en las calles de Montevideo, en este largometraje dirigido por un uruguayo que se ha convertido en la primera producción uruguaya hecha para Netflix. El camino no podría ser mejor y es mucho mejor que el promedio de la plataforma.
Caetano combina emoción con drama, policial con suspenso y crea una historia con un héroe poco habitual pero héroe al fin. También, como siempre en este director, hay cierto aire de western, con los códigos del género pero en versión contemporánea urbana. Es tan fácil diferenciar a un director que sabe de lo que habla de uno que toca de oído. En Togo se nota que el director conoce ese mundo y también que entiende cómo funciona el cine. Por eso la película es tan efectiva y atrapante. Diego Alonso, por su parte, interpreta al héroe ya viejo y vencido que se niega a bajar sus banderas en el momento en el cual los villanos vienen arrasando.
Como en esos films de Clint Eastwood de las últimas dos décadas, Togo tiene esa impronta clásica del héroe veterano de Hollywood. Aunque transcurra en Montevideo es puro cine norteamericano en su concepción narrativa. Al final de la película, también aparece la herencia del director favorito de Israel Caetano, que en muchos aspectos ha sido el faro cinematográfico que el director de Togo ha tenido y sigue teniendo hasta hoy.
Togo se estrena el 5 de octubre en Netlfix.
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