Tener problemas de rodaje no hace a una película buena ni tampoco mala. Solo hace que se escriba mucho sobre cosas que no son lo más importante, es decir el resultado artístico que se ve en la pantalla. Renuncias, peleas y disputas varias son moneda corriente en muchas películas, desde las mejores a las peores. No te preocupes cariño ha tenido una ola de rumores y controversias negativas, pero nada de eso altera o cambia lo que el espectador va a ver en la pantalla.
Alice (Florence Pugh) y Jack (Harry Styles) son un matrimonio joven que vive en una comunidad ideal, una especie de utopía en medio del desierto. En dicha comunidad, llamada Victory, las casas son hermosas, los autos impecables y todas las mañanas los hombres salen a trabajar en un proyecto del cual no se habla. Las mujeres se quedan haciendo compras, tomando clases de danza y yendo de compras. La vida parece perfecta, pero ese gran secreto comienza a ser algo perturbador para Alice, cuando diferentes indicios de algo terrible aparecen frente a ella.
Esta utopía que parece transcurrir en la década del cincuenta, tanto en su estética, su música y su espíritu, muestra un lado oscuro desde casi el comienzo de la película. El precio de la perfección tal vez sea mucho más alto de lo que Alice está dispuesta a pagar. A pesar de tener un matrimonio perfecto, ella sospecha que algo muy malo hay en esa comunidad y en su líder Frank (Chris Pine). La película entrega a cuentagotas una ambigüedad creciente que aumenta la intriga en cada escena. El espectador se entretiene tratando de armar, como Alice, las piezas del rompecabezas que tiene delante.
Hay muchas referencias a otras películas, algunas de las cuales no mencionaremos porque serían un spoiler. Pero es evidente que nada es lo que parece y no pasan muchos minutos antes de entender que hay elementos de fantasía y ciencia ficción en el relato. Hay algo de la perturbadora concepción del género de la década del setenta. Un ejemplo de parecido se da con The Stepford Wives (1975) con la cual comparte su idea de alegoría feminista. La diferencia es que la resolución de No te preocupes cariño es bastante insatisfactoria.
La directora -y también aquí actriz- Olivia Wilde da un gran salto luego de su primer film, La noche de las nerds (Booksmart, 2019). Irónicamente, esa comedia liviana era mucho más efectiva que este ambicioso film. Pero acá consigue lucirse con ideas visuales, más allá de las limitaciones de un guion que promete mucho más de lo que puede finalmente cumplir.
Florence Pugh y Harry Styles cumplen bien sus papeles, aunque la protagonista es mayormente ella. Chris Pine tiene un personaje interesante pero muy poco desarrollado. La falta de información es primero atrapante, pero luego algo decepcionante. No te preocupes cariño abrirá algunos debates y tiene un público asegurado gracias a su pareja protagónica.
No te preocupes cariño estrena en cines de América Latina a partir del 22 de septiembre.
SEGUIR LEYENDO: