¿Qué sería de Ticket to paradise (Pasaje al paraíso) sin Julia Roberts o George Clooney? Sin dudas sería una película más de las tantas comedias románticas que hemos visto a lo largo de la historia del cine. De esas que sabemos cómo empieza, cómo se desarrolla y cómo termina. Pero es también de esas historias a las que decidimos sumergirnos y entregarnos a la ola para que nos lleve seguro a la costa. Ese viaje, en este caso, se lo debemos a Clooney y Roberts.
Este film acaba de estrenarse y cuenta con la dirección de Oliver “Ol” Parker, escritor y director inglés conocido más que nada por ser guionista y director de Mamma Mia, here we go again!.
El planteo de la película es de lo más simple y no termina nunca de sorprender. Julia interpreta a Georgia que estuvo casada durante cinco años con David (Clooney). De esta unión nació Lily (Katlin Denver que viene de ser nominada a un Emmy por la serie Dopesick) que acaba de recibirse de abogada y como una premiación al esfuerzo, viaja con una amiga a Bali. De ahí el paraíso. Pero la relación que es central en este film es la que tienen David y Georgia que se llevan como perros y gatos.
Ambos intentaron que su matrimonio funcionara pero no tuvieron éxito. Mientras David, arquitecto de profesión quedó anclado en aquel vínculo (no acusa ninguna relación formal desde que se separó de Georgia), ella se dedicó de lleno a su carrera en el mundo de las galerías de arte y de disfrutar de compañías masculinas. Pero al tener una hija en común, el vínculo entre ellos está sellado de por vida e inevitablemente tienen que compartir parte de su tiempo juntos.
Luego de asistir al acto de colación de Lily y dejarla en el aeropuerto rumbo a Bali con su amiga Wren (Billie Lourd), David y Georgia respiran felices ya que entienden que no volverán a verse. Pero un mail les llega desde tierras lejanas en el que Lily les dice que se va a casar con un joven que acaba de conocer en Bali, llamado Gede (Maxime Bouttier) que se dedica a cultivar algas marinas.
Ticket to paradise lleva al espectador al paraíso terrenal que existe en Tailandia (la película fue filmada en Australia en realidad donde Clooney se trasladó con su familia mientras que Julia estaba sola y se sumó al clan de George) que será un protagonista más de la trama que se vuelve corta por momentos.
La química que logran ambos es innegable y nos regala la mejor escena cuando bailan con varias copas encima (llamado concurso beerpong) Georgia y David, que parece ser el momento en el que reflexionamos sobre el poder de los apellidos de Clooney y Roberts en el film (mientras nos sacan alguna sonrisa). Sin embargo, el elenco joven, con esta nueva parejita, no logra su objetivo. Falta romanticismo y esa transmisión para el espectador que en ningún momento tiene deseos de que ellos se queden juntos.
La película se torna previsible y cuesta dejarse llevar por momentos por la única presencia importante que otorgan Julia y George. La oposición de las grandes ciudades versus el paraíso terrenal de Bali se torna otra de las tiranteces de la trama que tiene un claro ganador en las playas de arena blanca y aguas cristalinas. Una película que te hará pasar un buen momento, sin momentos emotivos logrados, pero con mucha química en la pareja protagonista.
Pasaje al paraíso forma parte de la cartelera de cine de esta semana.
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