Llegó a los cines la adaptación cinematográfica de La chica salvaje (Where The Crawdads Sing), el exitoso libro de Delia Owens que ha vendido más de 15 millones de copias en el mundo. La película, dirigida por Olivia Newman, fue producida a través de Hello Sunshine, la empresa de Reese Witherspoon, y cuenta con una canción original compuesta por la multipremiada Taylor Swift, quien acaba de anunciar su próximo disco Midnights. Más allá de los créditos, esta pieza audiovisual deja claro que Daisy Edgar-Jones puede crecer más allá de las historias promedio.
Durante la década de los 60, en los pantanos de Carolina del Norte, la trama comienza con la extraña muerte de un joven que había sido jugador de fútbol americano en la secundaria. Todas las sospechas apuntan a la Chica salvaje, una mujer ermitaña que vive en la zona y que es acusada inmediatamente del crimen. Ahora encerrada y lejos de la naturaleza, la primera percepción que tenemos de Kya –así la llamaba su familia– es la de una persona arrastrada a un entorno que no le pertenece, el pueblo de Barkley Cove.
Kya accede a ser defendida por una de las pocas personas que creen que ella es inocente, un abogado retirado llamado Tom Milton (David Strathairn). Sin embargo, ella primero tendrá que profundizar en su pasado para lograr que su coartada sea sólida. Empieza por su infancia y el primer abandono que le dejó un vacío en el corazón por el resto de su vida: la partida de su madre una mañana luego de recibir una paliza de su esposo. Más tarde, es dejada atrás también por sus hermanos y, por último, su violento padre.
Una niña dejada a su suerte aprende a vivir y ganar dinero por su propia cuenta, y solo tendrá la guía de una pareja de afroamericanos, Mabel (Michael Hyatt) y Jumpin (Sterling Macer Jr.), quienes tienen un negocio en el único muelle cerca de su hogar. En esta soledad, conoce desde muy joven a Tate Walker (Taylor John Smith), y él se convertirá también en un rostro familiar hasta su adolescencia y juventud temprana. Ambos se regalan plumas y comparten datos sobre estas, un lenguaje de amor solo para dos aficionados de las aves.
El problema de La chica salvaje recae en presentarnos a una protagonista con un grado menor de introversión y analfabetismo que pretende hacernos creer que solo esas características son el resultado de un abandono completo y aislamiento ocurrido desde la niñez. Kya nunca fue a la escuela y se vestía gracias a ropa donada que le entregaba Mabel, no obstante, el guion no ahonda en cómo estos eventos afectan su desenvolvimiento en el futuro, sino que parecería ser una chica del pueblo más. Es así como se derrumba el impacto detrás del apodo “chica salvaje”.
Aunque lo que no se logra con la apariencia y comportamientos delimitados en el filme, Daisy Edgar-Jones lo deja ver en su actuación: desde los momentos cuando va enamorándose de Tate hasta cuando intenta tener su primera relación sexual con él. Hay mucho de lo que ella desconoce y lo sabe, pero cuando ocurren situaciones que escapan de sus manos, su primer instinto es huir cual animal salvaje. En las escenas de la prisión, la actriz también denota lo cruel de esta separación entre ella y la zona pantanosa que considera su lugar más seguro.
Un juicio narrado entre el presente y los flashbacks
El relato literario debut de Delia Owens se centra principalmente en el juicio que ella enfrenta por el asesinato de Chase Andrews (Harris Dickinson), intercalándose con momentos del pasado para explicar por qué Kya se vio involucrada con el joven en vida. Después de que Tate se fuera a la universidad y pusiera fin a su relación con ella, la Chica salvaje se permitirá volver a amar por más que el siguiente pretendiente no sea el indicado y provoque que su vida tome un rumbo mucho peor… porque básicamente así es la trágica vida de esta mujer que, pese a haber experimentado en carne propia la maldad humana y ser víctima de la violencia sistémica, no deja de ser plasmada bajo un lente romántico, idealizador y estético en todo sentido.
Por su parte, la estrella británica Daisy Edgar-Jones nunca deja de ser sublime en cada proyecto en que el aterriza. Ya lo demostró en la serie romántica de la BBC y Hulu, Normal People; en la cinta de terror Fresh, que coprotagonizó con Sebastian Stan; y recientemente en Por mandato del cielo, la miniserie sobre el crimen real de Brenda Lafferty a manos de una secta mormona. Lo suyo es el drama, pero definitivamente La chica salvaje no logró llevarla demasiado lejos en términos del personaje.
La película está disponible para ver en salas de cine de América Latina desde el 1 de septiembre.
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