El rey Viserys (Paddy Considine) debe nombrar a un heredero para el Trono de hierro porque sus planes no salieron como lo esperaba. En medio de un torneo celebrado en sus tierras, la peor noticia llega a oídos de la Mano del Rey, Otto Hightower (Rhys Ifans). Ahora, el futuro de Westeros quedará en manos de dos posibles herederos: el inmoral hermano del rey, el príncipe Daemon (Matt Smith) o la ignorada, hasta ahora, hija del rey la princesa Rhaenyra (Milly Alcock). Este es el planteamiento inicial de House of the Dragon, que dio inicio este domingo en la noche y en la que se volvieron a sentir esas recordadas veladas de Game of Thrones.
Se escuchó “¡Dracarys!” y HBO volvió a darle rienda suelta al gore, las orgías y los combates de armaduras y grandes espadas con nombres propios para el regreso a la Tierra ahora dominada por los Targaryen. Casi 200 años antes de la era de Daenerys Targaryen (Emilia Clarke), esta precuela de Game of Thrones de 10 partes cuenta la historia de sus antepasados durante su gobierno de Westeros. Con George R.R. Martin, escritor de las novelas (en este caso “Fuego y sangre”), como uno de los máximos responsables de esta ficción, la historia se meterá en el interior de la familia que gobierna a fuerza de dragones. En el piloto ya aparecieron dos de ellos y promete más de sus vuelos, fuego y todo su poder como el máximo atractivo visual, al contrario de la apuesta de la primera temporada de GOT donde, antes del despliegue visual en dragones, apostaron al desarrollo de personajes y la explicación más didáctica de este universo.
Miguel Sapochnik es el showrunner de la serie y director del primer episodio. Conocedor como pocos de esta historia por su presencia constante en Game Of Thrones, realizó un sólido piloto para introducir a los espectadores en este nuevo contexto. Infobae pudo acceder a los primeros tres episodios antes del estreno de la serie que, evidentemente, apuesta más al despliegue visual y físico que al drama con profundidad narrativa. Eso es lo que se pudo ver en los tres primeros capítulos de la serie, donde la intensidad se posa en el conflicto político y las consecuencias de la toma de ciertas decisiones, pero no ahonda, como su predecesora, en sus personajes e historias. Por lo menos por ahora.
El rey Viserys, visto como un gobernante débil, demasiado flojo, pierde poder y todos comienzan a conspirar en su contra. Ante la decisión de avanzar con Rhaenyra como su sucesora al trono, quizá la menos aceptada, la historia se posiciona en la búsqueda de alianzas de uno y otro lado para poder romper la cadena de mando y acceder al trono de hierro a la fuerza. Daemon Targaryen es el máximo aspirante a ese poder. No por un deseo genuino, sino por el simple deseo de generar el caos, según explicó el mismo actor a Infobae, algo que se evidencio en la cruda escena de combates en el primer episodio. Matt Smith convence y se convierte en un cast que roza la perfección para este papel.
Sin embargo, las mujeres vuelven a tener un rol fundamental en este nuevo escenario a punto de estallar conocido como King’s landing. La joven princesa Rhaenyra Targaryen (Milly Alcock) y su amiga, la hija de la mano del Rey, Alicent Hightower (Emily Carey), comienzan a sufrir los primeros embates de estar en el centro del poder. Pero a través de ellas, el espectador conoce el entretejido fino de las relaciones y los detalles burocráticos en esa época. Por otro lado, la apodada “La reina que nunca existió”, Rhaenys, aparenta haber aceptado su destino con bastante paciencia desde el comienzo de la serie, pero se empieza a entender el rol que tendrá en el futuro junto a su esposo, Lord Corlys Velaryon (Steve Toussaint).
Otro costado fundamental que se desarrollará en la serie y se vio bien expresado en los primeros capítulos es el rol que jugará el afamado “invierno” que tanto acechó en Juego de tronos, como también el poderío de los dragones. El primero de estos elementos quizá juegue más como conexión a la anterior serie que como verdadero protagonista, mientras que los dragones consiguieron un lugar de privilegio. Apenas comienza la serie, la ficción recuerda que los Targaryen dominaron Westeros por su poderío de 10 dragones. Sí se espera que el resto del mapa tenga más presencia, pero no tanta ya que esta es una ficción centrada en los interiores del castillo y la familia Targaryen.
Esta precuela de Game of Thrones ya se aseguró mantener la atención de los más antiguos espectadores y hasta lectores de la saga. Por momentos busca clonar (sobre todo posándose en el paralelismo entre Rhaenyra y Daenerys) todos los elementos que hicieron que el programa original fuera un éxito: los dragones, la violencia desgarradora, el soñado diseño de producción y la intriga política llena de traiciones y malas intenciones, pero pensando en un espectro más chico y basándose en la vieja profecía de los Targaryen: el invierno se aproxima.
En otros, los nuevos personajes y las familias que circulaban alrededor del poder de los Targaryen, parecen ser la novedad al igual que las bestias que se presentaron en los primeros episodios. Sin embargo, este recién puede ser un simple vistazo ya que queda toda una temporada por descubrir. En mi caso particular, todavía siete episodios, y las sorpresas pueden cambiar el rumbo de la historia en cualquier momento, algo absolutamente común en una ficción basada en las novelas de Martin. Se esperan nueve semanas para conocer la historia sobre la familia Targaryen: fuego y sangre asegurados.
House of the Dragon estrena capítulos todos los domingos por HBO y HBO Max.
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