Men es la nueva película del director y guionista Alex Garland, el mismo que realizó Ex Machina (2014) y Aniquilación (2018). Aquí la historia pertenece al género de terror y está narrada de forma tal que se diferencia de la mayoría de los films de horror que se estrenan habitualmente. Una experiencia inquietante que será muy difícil de olvidar para los espectadores que se atrevan a este desafío cinematográfico.
Men juega muy bien con los códigos del terror. Al igual que otros grandes títulos como El bebé de Rosemary o El exorcista, esta película primero se encarga de explicar la vulnerabilidad de su protagonista, para sensibilizar al espectador y al mismo tiempo abrir la puerta de la irracionalidad. Lo primero que sabemos de Harper (Jessie Buckley) es que ha sufrido una tragedia personal que la atormenta y por ese motivo ha decidido dejar su hogar en la ciudad de Londres para retirarse a un bello y solitario caserón en la campiña inglesa.
Quien haya visto films de horror británicos reconocerán en esa locación el espacio perfecto para que todo se vuelva siniestro y perturbador. Harper, sin embargo, sólo ve en ese lugar los hermosos paisajes y la paz lejana a la gran ciudad, al menos en un comienzo. Después de conocer al casero algo excéntrico (Rory Kinnear), ella se quedará sola y en su primera salida a caminar ya se cruzará con el terror. Así, a pleno día, lo que es aún peor para el espectador, porque no habrá momento en el cuál ella pueda volver a sentirse segura.
El cine de terror más sencillo suele aprovechar los sobresaltos y los golpes de efecto para asustar al espectador. Pero en otros casos, como este, el miedo es algo más profundo. El director consigue crear escenas que parecen pesadillas puestas en la pantalla. Como si todos los temores que habitan en el espectador de pronto se materializaran en una película. Los que aman el terror disfrutarán de la película, aun sabiendo que tendrán pesadillas al terminar el día. Incluso antes de dormirse, una película como esta es lo primero que viene a nuestra mente en la oscuridad. Así de perturbadora es Men.
Otra diferencia con el cine más adocenado del género es la elección de sus protagonistas. Elegir actores tan talentosos hace que las complejas escenas se vuelvan aun más intensas. Jessie Buckley es una de las actrices más importantes de la actualidad. La actriz y cantante irlandesa ha brillado en películas como Wild Rose (2018), Judy (2019) Misbehaviour (2020), Pienso en el final (2020), La hija oscura (2021) y también en la miniserie Chernobyl (2019). Rory Kinnear, por su lado, ha trabajado en series como Black Mirror (2011), Penny Dreadful (2014-2016) y Years & Years (2019), y en los últimos cuatro films de la franquicia de James Bond. Ambos son parte fundamental para que la película cumpla con su objetivo.
Men es una apuesta extrema y como tal tiene grandes aciertos y también escenas más polémicas. Los puntos más altos son aquellos que la vuelven memorable y los otros provocarán algo de rechazo. La película sabe manejar las cuerdas del suspenso, pero también las de la violencia más sangrienta e impactante. Produce un terror profundo y también algo impresionante. Todos los tipos de horror se dan cita aquí y eso también es lo que la hace única.
Más cerca de David Cronenberg o Stanley Kubrick que de las franquicias del terror, Men es la película más perturbadora que ha llegado a las salas este año. También es una película con ideas muy claras, pero no anticiparemos aquí cuáles, porque sería avanzar sobre la trama el explicar sus temas. Si no tienen miedo de tener pesadillas por la noche, esta es la película que no se pueden perder.
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