“No dejes que falsos argumentos los lleven a una pelea injusta. ¡Hola! Soy Saul Goodman y pelearé por ti. No hay acusación demasiado grave para mí. Cuando la ley te tenga acorralado... ¡Mejor llama a Saul! O mejor dicho, en su idioma original, Better Call Saul”. Este fue uno de los videos que grabó el propio Saul Goodman (Bob Odenkirk) en su era dorada, esa que ocurrió en Breaking Bad y que Gene (el Saul del futuro en blanco y negro) recuerda minutos apenas comenzada Better Call Saul en abril del 2015. En aquel video seguía vendiendo lo de siempre, no importa quién seas, él te iba a defender. Pero esta vez le tocó “defenderse” a sí mismo de él mismo. Pasaron siete años de su debut y como dijo Vince Gilligan, su creador, después de este final, nada será igual.
Luego de seis temporada y 63 episodios se despidió una de las mejores series dramáticas de la historia de la televisión. Y un dato no menor, nació como un producto para continuar la experiencia de otra excelentemente considerada como Breaking Bad y a muy poco tiempo de su final. Sin embargo, Better Call Saul empezó lejos del crudo drama policial y familiar que dejó su predecesora, aquí se acercaba más a una comedia centrada en el personaje de Jimmy McGill y su transición a Saul Goodman. Sin perder el alto nivel de escritura y dirección que exhibió la serie protagonizada por Bryan Cranston y Aaron Paul, las dos primeras temporadas de BCS presentaban un drama más introvertido, lejos de la guerra de narcos (aunque ya en el segundo capítulo conecta con Breaking Bad) y más centrado en un abogado considerado como un “perdedor” por sus pares y su entorno más cercano.
Sin embargo, esa construcción minuciosa, sostenida en detalles y buenas actuaciones con personajes muy sólidos, de a poco convirtió a la serie protagonizada por Bob Odenkirk en una digna precuela y spin-off de Breaking Bad. Y cuando los personajes ya conocidos de la anterior ficción comenzaron a participar (Mike, Gus y otros nombres menores) la base estaba ya sólida y los pilares de la historia sostenían a Better Call Saul por sí misma: Rhea Seehorn como Kim Wexler, Patrick Fabian como Howard Hamlin y Michael McKean como la pieza clave de todo el conflicto en el papel de Chuck McGill.
Atención: lo que sigue es contenido con spoilers del último episodio de la serie.
En el último episodio de la serie llamado “Ya no queda nada”, Jimmy destripó en vivo a Saul Goodman frente a la jueza en una confesión clave sobre cómo vamos a ver a Breaking Bad ahora. Él dijo: “Fui indispensable. Mantuve en libertad a Walter White. Yo lavaba su dinero. Mentía por él. Conspiré con él y gané millones. Si él no hubiera entrado en mi oficina aquel día, Walter White habría estado muerto o en prisión en el lapso de un mes”. De este modo no solo mató a Saul Goodman, el personaje que creó para, valga la redundancia, creer en sí mismo, sino también para libertar a Kim Wexler de toda culpa al asumir la muerte de Howard Hamlin también. Finalmente Jimmy volvió a ser Jimmy asumiendo la culpa y dejando en claro que nada de lo que vimos en Breaking Bad hubiese sido posible sin él. Y lo hizo de una manera bien sencilla: confesó todos los crímenes de Saul, para volver a ser Jimmy.
Jimmy/Saul/Gene defendiéndose a sí mismo, pero a su vez arruinando un caso prácticamente ganado al tener una pena de 7 años por todo lo que hizo, le da un cierre alejado del final de Breaking Bad y más cerca al planteo de todo Better Call Saul, que finalmente no era una serie sobre el poder como tema central, sino sobre el amor y la confianza o la falta de estas. Y el cierre tiene una altura aún más nostálgica como digno final de una ficción de seis temporadas en pantalla con los flashbacks de él con Mike (en el desierto en uno de los mejores capítulos de la serie ) y Walter hablando de los viajes en el tiempo y los arrepentimientos. Todo proviene del mismo lado, de su relación con su hermano Chuck.
Lejos de querer explicar o sobreanalizar la serie entera, mejor cabe recordar que en este fino entramado entre el drama personal de Jimmy McGill también hubo lugar para conectar con los personajes ligados al narcotráfico de Breaking Bad, presentando personajes brillantes como Lalo Salamanca de Tony Dalton y al querido Michael Mando como Nacho Varga y su historia familiar. Pero también dándole más tiempo de acción a Giancarlo Esposito como Gus Fring y Jonathan Banks como Mike Ehrmantraut, dos de los más recordados personajes de ambas ficciones. Sin miedo a equivocarme, Better Call Saul se convirtió en una parte fundamental de Breaking Bad que la absorbió y la hizo propia. ¿Será momento de volver a ver BB con los ojos de BCS?
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