Uno de los más grandes universos televisivos ha llegado a su fin con la emisión del último capítulo de Better Call Saul. La serie precuela de Breaking Bad comenzó su historia por el año 2015 y se centró principalmente en los acontecimientos que vivió James McGill (Saul Goodman), interpretado por Bob Odenkirk, antes de convertirse en el abogado corrupto que trabajó con Walter White (Bryan Cranston) y Jesse Pinkman (Aaron Paul).
Estos dos últimos, que fueron protagonistas de la trama original, tuvieron algunos cameos hacia el final de la sexta temporada. Sin embargo, Vince Gilligan y Peter Gould nos regalan en “Saul Gone” un digno cierre para la que sería, para muchos, un spin-off que superó todas las expectativas de manera independiente y se convirtió en una de las más grandes producciones de la televisión en este siglo. Ahondemos un poco más en las claves más importantes del episodio 13. ¡Atención, spoilers más abajo!
Los rezagos de Saul Goodman y el retorno de Jimmy McGill
Durante las primeras cinco entregas, se pensó que Gene Takovic era la identidad de Jimmy que había dejado atrás la mala vida para empezar desde cero, pero más tarde tuvimos claro que esto no necesariamente era así. Él era más como una extensión de Saul Goodman, teniendo en cuenta que solo habían pasado dos años desde que aceptó trabajar para Heisenberg y unos meses desde su escape de Albuquerque, Nuevo México.
Es en el momento de la negociación de su condena que este defensor estrafalario sale a la luz y, de hecho, prueba que no es nada malo en su profesión al conseguir bajar su condena de cadena perpetua por la suma de múltiples cargos a una de tan solo poco más de siete. Cuando el nombre de Kim Wexler (Rhea Seahorn) aparece en la figura, es Jimmy quien toma el control desde aquí y pondrá por encima el ideal de justicia al sacrificarse él y solo él.
El último adiós a Chuck McGill
Michael McKean, quien dio vida a Chuck McGill hasta la tercera temporada, hace una aparición estelar en el final de Better Call Saul. Es un homenaje a la imagen del hermano mayor, desde un flashback que culmina con la salida de escena del actor en completo difuminado hasta la referencia del cartel de salida en el juicio de Jimmy (un plano muy similar que se vio en el juicio de Chuck vs. Jimmy).
Asimismo, la referencia del libro de La máquina del tiempo (The Time Machine), de H. G. Wells, tiene un enorme peso en su paso por la ficción. Por fin, sabemos que perteneció a Chuck, y este dato se relaciona también a la pregunta de Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks) a Jimmy sobre qué cambiaría en el pasado. El abogado termina después por hacer la misma interrogante a Walter, pero este se exaspera entre sus conocimientos científicos y asegura que es mejor preguntar por los arrepentimientos. “Siempre fuiste así”, responde el narcotraficante al escuchar la anécdota de Slippin’ Jimmy.
“Better Call Saul! Better Call Saul! Better Call Saul!”
Quizá esta sea la escena más tonta en todo este drama legal, pero hay un propósito detrás de los mismos guionistas de reírse –al menos en una ocasión– del imperio que crearon para la pantalla chica. Mientras Jimmy va camino a la prisión, los otros reos reconocen su rostro y empiezan a llamarlo “Better Call Saul” repetidas veces a gritos. ¿Será el simple capricho de incluir por enésima vez este lema en la historia? Es posible.
Una serie de paralelismos
A Vince Gilligan siempre le gustó contar los relatos un poco en la dinámica de causa y efecto para cerrar argumentos de forma magistral, esto le permitió crear grandes eventos en Breaking Bad como, por ejemplo, el trágico accidente aéreo. Junto a Peter Gould, utiliza de forma notable los paralelismos en Better Call Saul, ya sea entre esta y su antecesora o dentro de su misma historia derivada. La serie finaliza como inicia en su piloto: Jimmy y Kim fumando un cigarrillo, él se lo arrebata y ambos están uno a lado del otro por última vez. La narrativa es circular en cierto sentido.
Todo siempre será por y para Kim Wexler
La despedida de Jimmy McGill solo confirmó que esta es una grandísima historia romántica. Él tiende una trampa a Kim Wexler para que ella asista a su juicio y escuche una verdadera confesión, es decir, que hiciera lo correcto. A su vez, la dejó fuera de cualquier implicación por asesinato de Howard Hamlin (Patrick Fabian) a manos de Lalo Salamanca (Tony Dalton). Y finalmente, aceptó una condena de 86 años. Ya en prisión, ella pide verlo como su abogada, porque lo cierto es que su licencia no puede vencer. Ambos se engañan y sorprenden mutuamente solo para reencontrarse.
Si recordamos el juicio de Jimmy contra Chuck, la cinta grabada por su hermano a escondidas registró las siguientes palabras: “Lo hice por Kim”. Para este momento, son sus acciones –las buenas, no las corruptas– que demuestran que este sacrificio de su libertad fue por ella, con el propósito de que volviera a tener una vida tranquila en Florida y soltara ese mal recuerdo que la llevó a huir. Es una redención sin que eso afecte el resultado de una suma de acciones terribles, todo aún se mantiene blanco y negro… pero el amor ganó, aunque estén separados.
SEGUIR LEYENDO: