La mujer del viajero en el tiempo es una novela publicada en el año 2003. Su éxito fue tan grande que no tardó en llegar a la pantalla grande en una producción romántica protagonizada por Rachel McAdams y Eric Bana en el año 2009. En el 2022 la misma historia llega en formato de serie, protagonizada por Rose Leslie y Theo James. Es un excelente momento para intentar analizar cuál de los dos tipos de narración resulta más efectivo a la hora de adaptar este libro.
La historia se parece mucho, pero como el estreno de este año es la serie, lo mejor es centrarse en ese relato. Henry tiene un trastorno genético que lo hace viajar por el tiempo de forma compulsiva por breves momentos. Clare es una mujer a la que él conoció cuando ella era más chica pero que en el futuro se terminará convirtiendo en su gran amor. Claro que los saltos temporales que no puede elegir complican todo, generando fascinación inicial pero angustia creciente por razones bastante evidentes. Ambas personas se cruzarán una y otra vez con diferentes edades, generando toda clase de conflictos que varían según la edad de ambos en cada encuentro.
Si la película tenía dilemas morales y serios problemas para resolver algunos conflictos, pues la serie hace lo que cualquier otra seria haría, es decir, alargar la trama. Lo que en el largometraje pasa rápido, en la serie tiene mucho más lugar. El problema es que ese alargamiento le da al espectador la posibilidad de pensar mejor cada situación, muchas de las cuales son de dudoso buen gusto o incluso rayan peligros éticos severos. La película consigue que el protagonista sea simpático y querible, pero la serie termina dejándolo en un lugar más ambiguo. Se podría decir que la serie es más adulta y que abraza dilemas más profundos y escabrosos.
Es posible que esa ambigüedad y el recuerdo de un largometraje muy querido le hayan jugado en contra a La mujer del viajero en el tiempo (2022) y por eso la temporada inicial no tuvo renovación para una segunda. También es cierto que Rachel McAdams y Eric Bana son actores más carismáticos que los de la serie. La película es más liviana, tal vez más romántica, algo que la volvió popular. Hay que recordar que los derechos de la novela los adquirieron Brad Pitt y Jennifer Aniston antes de su publicación y que nada menos que Steven Spielberg fue uno de los directores que estuvieron en la conversación para dirigirla, cosa que finalmente no ocurrió.
Pero un hecho a destacar, y que explica el complejo guion de la serie, es que el guionista y creador de la adaptación para televisión es nada menos que Steven Moffat, quien no solo ha trabajado durante años en la serie Dr. Who, sino que además es el principal responsable de la legendaria Sherlock, una serie de culto que está entre lo mejor de los últimos años. Las diferencias entre la película y la serie son muchas y nadie está obligado a elegir solo una. Ambas están disponibles en HBO Max y son un excelente doble programa.
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