David Cronenberg es uno de los grandes maestros del cine de terror de todos los tiempos. Se dice, con razón, que él ha ido más allá del género en el sentido tradicional. Crímenes del futuro lo devuelve a su mejor estilo, sus obsesiones personales y una mirada perturbadora acerca del destino de la humanidad.
“Las cirugías son el nuevo sexo”, le dice un personaje a otro. Estamos en el futuro y los seres humanos han comenzado a evolucionar de forma notable. Debido a los cambios en el entorno, la contaminación y el clima, las personas ya no son como antes. Ya no hay infecciones ni dolor físico, por lo cual un artista (Viggo Mortensen) con una mutación constante en sus órganos, y su compañera (Léa Seydoux), realizan actos donde él se opera a sí mismo. A su vez, la biotecnología ha logrado también avanzar a punto tal de lograr que máquinas y personas interactúen. Algunos seres humanos comienzan también a experimentar mutaciones inquietantes que muestran los horrores por venir. Dos burócratas del Registro Nacional de Órganos (Kristen Stewart y Don McKellar) se fijan en el show del artista y deciden investigarlo.
El director de esta perturbadora película es un realizador obsesionado con estos temas. David Cronenberg desarrolló la primera parte de su carrera en su país de origen, Canadá, donde combinó ciencia ficción y terror por partes iguales. Su cine se caracteriza por la manera en la que trata el género del horror corporal. De hecho, es su cine el que le da sentido a esa rama del cine de terror. Cromosoma 5, Scanners, Videodrome son algunos de sus primeros títulos. Luego le llegaría la fama mundial con su adaptación de La zona muerta, la novela de Stephen King. Su versión de La mosca (1986) mostró su capacidad de ser masivo y revulsivo a la vez.
Pero la gloria, Cronenberg la alcanzaría con Pacto de amor (Dead Ringers, 1988), en la que Jeremy Irons interpretaba a dos hermanos gemelos ginecólogos. Almuerzo desnudo (1991) y Crash (1996) fueron apuestas aún más osadas. Pero después de EXistenZ (1999), su cine tomó otros rumbos y recién ahora con Crímenes del futuro vuelve a su verdadera identidad. De hecho, la película se parece mucho a Crash. Y sus temas no solo son acerca del dolor y el horror físicos, también muestra lo desolador que podría ser el futuro si la humanidad se sostiene en este camino. Su mirada, protegida por el entorno de la fantasía, es de una precisión y lucidez poco habituales. El cine de David Cronenberg hoy está más vigente que nunca y sus terrores físicos y morales muestran que todavía hay directores complejos que van más allá de cualquier moda.
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