Las primeras dos temporadas de The Umbrella Academy la convirtieron en una de las series más originales y divertidas de los últimos años. Cada capítulo era un espectáculo inolvidable, tanto que uno se preguntaba cómo podían seguir adelante con semejante nivel. En el episodio uno de la temporada 3 vemos satisfechas nuestras expectativas con un número musical que es para aplaudir de pie. Pura diversión, humor y alegría, todo mezclado con una historia siniestra, oscuridad y una trama que, como siempre, revela su costado más negro. Así es esta serie, un subibaja arrollador. Si hay muchas series desafiantes en la actualidad, pocas consiguen el tono fluido de The Umbrella Academy. Pero hay más, por supuesto.
The Umbrella Academy nunca fue una serie común y corriente. Mientras que la mayoría de las ficciones suele especular con postergar conflictos y premisas, la temporada uno explotaba de forma instantánea. Diez episodios que no esperaban ni una escena para tener atrapado al espectador. En un natatorio ubicado en la Unión Soviética una joven da a luz de manera sorpresiva. Tanto que unos instantes antes ni siquiera estaba embarazada. No es la única que el 1ro de octubre al mediodía vivió ese fenómeno. Cuarenta y tres mujeres en total, en todo el planeta, han experimentado exactamente lo mismo. Sir Reginald Hargreeves, un multimillonario excéntrico y aventurero, decide buscar y adoptar al mayor número de ellos, consiguiendo concretar su proyecto solo con siete de ellos.
Los siete hermanos adoptivos tienen una madre robot programada para cuidarlos y un chimpancé inteligente que es su refinado tutor. Así de absurdo como suena, así se ve y se disfruta. La serie está basada en el cómic de Gerard Way (excantante de My Chemical Romance) y el artista brasileño Gabriel Bá de Dark Horse Comics. La lógica de la historia y de los personajes delata su origen y pone a esta historia en un lugar extremo, para ser amado sin condiciones o producir rechazo por el nivel de locura e intensidad que tiene. Aunque es una serie adictiva, su cantidad de material por episodio invita a disfrutar los capítulos separados, para saborearlos como se merecen.
La temporada dos arrancaba de manera inolvidable y la temporada tres también. Se repite la estética, la grandilocuencia y la utilización brillante de la banda de sonido, en la que las canciones tienen un peso mayor que en cualquier otra serie. Por momentos parece una mezcla entre Sense8 y X Men, pero con identidad propia. Una versión un poco más refinada del estilo de The Doom Patrol, para seguir buscando conexiones. Aunque al principio algunas canciones tapaban limitaciones narrativas, con el correr de los episodios han funcionado cada vez mejor. Pero a todo lo maravilloso que hemos enumerado, la nueva temporada tiene un motivo extra para colocar a la serie en la historia grande de la ficción. Gentileza de su gran protagonista, Elliot Page.
En la temporada inicial, Page interpretaba a Vanya, la única hija sin poderes entre los hermanos. Obviamente esto era un elemento vital para la trama ya que todos esperaban ese gran momento en el que ella descubriera su poder. De todo el elenco, Page era la estrella, sin duda, el rostro más conocido de la serie. Fuera de la pantalla, el primero de diciembre del año 2020, Elliot Page se declaró transgénero y dijo que su nombre dejaría de ser Ellen, como lo había sido hasta entonces. Page tenía una carrera brillante llena de premios y papeles memorables. De todos ellos, el de Vanya en The Umbrella Academy era el que planteaba un posible conflicto a resolver.
En este siguiente párrafo hay spoilers del episodio 2, si alguien no quiere saber que pasa, puede pasarlo por alto. En una escena entra Elliot Page y dice, tan simple como lo van a leer: “Yo soy Viktor, soy el que siempre fui”. Tiene el pelo corto y no el pelo largo como en el episodio anterior. ¿Hay algún inconveniente con eso? No, contestan todos, y la escena sigue. Nunca había pasado algo así en la historia, jamás se había enfrentado una ficción a un evento de estas características donde lo real y lo ficticio debían cruzarse de esta manera. El primer personaje transexual interpretado por una persona transexual que hizo su cambio durante la serie y su personaje realiza el mismo cambio. Podría tomarse como un evento político y lo es, pero no de la forma que alguien puede creer. Pocos segundos después de esa escena uno se olvida y acepta a Viktor con la misma alegría con que antes aceptó a Elliot fuera de la pantalla. Sí, es un evento, uno feliz, con peso cultural, pero por encima de eso con valor humano. Un punto extra para The Umbrella Academy.
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