Andy tenía un juguete favorito llamado Woody. Hasta que un día vio una película que lo volvió fan de otro personaje, nada menos que Buzz Lightyear. Por ese motivo le compraron ese muñeco que ignoraba su condición de tal. El estreno de esta semana, Lightyear, nos muestra la película favorita del niño de Toy Story.
Lightyear es un guardián espacial comprometido con su trabajo. Su lema es jamás dejar una misión sin completar. Él y su compañera guardiana, Alisha Hawthorne, llegan a un extraño planeta que termina siendo una trampa llena de peligros. Ambos, junto a toda la tripulación de la nave, quedarán varados allí. Lightyear asume la responsabilidad de ese evento y a partir de allí asumirá la responsabilidad de, a cualquier precio, sacar a todos de allí.
El personaje protagónico es diferente al de Toy Story, porque si bien tiene humor, sus aventuras son más dramáticas y por lo tanto más serias. En la versión en inglés ya no tiene la voz original realizada por Tim Allen, sino la de Chris Evans, conocido por su rol de Capitán América en los films de Marvel. Esta diferencia no tiene nada de malo, más bien es otra forma de diferenciarse del largometraje de 1995. Es importante tener siempre en mente que el Buzz Lightyear era un personaje enteramente cómico, marcado por el absurdo de no entender que era una juguete y mantenerse en el rol de la película.
Lightyear es una especie de ramificación y precuela que busca renovar una de las franquicias más queridas de Pixar. Luego de tres excelentes películas de Toy Story, la cuarta había demostrado cierto agotamiento y era hora de abandonar ese camino. Es casi seguro que Buzz Lightyear termine teniendo una trilogía y que algún día Woody y Jessie tengan sus propias películas. Cuando los personajes son tan queridos y funcionan tan bien en la taquilla, es casi imposible resistirse. Pero sí sería deseable que se parezcan un poco más a como los conocíamos.
Lo más parecido a Toy Story que aparece aquí es Sox, el robot de compañía que le asignan a Lightyear. Este personaje aporta el humor disparatado y alegre de las películas originales y también le otorga algo de ligereza a una historia que se vuelve algo serio por momentos. Su presencia es una de las piezas fundamentales para establecer una conexión, aunque sea pequeña, con Toy Story. Luego la película muestra su actualización ideológica de diversidad e integración, lo que ha hecho poner el grito en el cielo en muchos países. Algunos, los más intolerantes, han decidido prohibir o censurar escenas de la película. Algo inaceptable, porque la película no otorga motivo alguno de escándalo. Y si lo aportara, por supuesto, tampoco justificaría esas reacciones.
Es posible que las secuelas se acerquen un poco más al corazón de Toy Story, en parte porque ya no tendrían la obligación de presentar nuevamente al personaje y explicarlo. Desde luego que hay muchas sorpresas y detalles para los seguidores de la franquicia, pero ninguno de ellos será anticipado aquí para no arruinar el show. La frase “Al infinito y más allá…” que es el emblema de Buzz, está desde el inicio, por algo estaba grabada en el juguete de Andy. Pero aquí no es un juguete, es un héroe en la búsqueda permanente de completar su misión. La obsesión que será su marca luego, incluso cuando sea comprado en un supermercado.
Lightyear ya está en todos los cines de América Latina.
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