El nombre de Lupita Ferrer es sinónimo de melodramas televisivos. Fue sin duda la reina de las telenovelas allá por los años 80 cuando el género estaba en todo su esplendor. Cristal fue tal vez la ficción que marcó su carrera internacional, en la que Ferrer interpretaba a una mujer que abandonaba a su hija (interpretada por su compatriota Jeannette Rodríguez), y luego se reencontraban en la agencia de modelos que dirigía el papel de Lupita. “No estaba preparada para lo que se convirtió Cristal en España. Fue un fenómeno social. En mi vida había visto esas multitudes. Yo pienso que ese era mi destino. Me tocó, me apabulló, me asustó”, recuerda la actriz en una charla con Infobae antes del estreno del episodio “Derecho a ser feliz” del ciclo Amores que engañan, que se puede ver los sábados en Lifetime y del cual es parte.
-Este unitario recorre diferentes situaciones en las que las mujeres son abusadas y están sumergidas en relaciones tóxicas, ¿cómo fue incorporar estos temas a tu carrera?
-Son temas muy duros y muy difíciles que hay que enfrentar, y a mí me parece estupendo que se esté contando en Lifetime. Los roles ahora son muy diferentes, ya no es la novelita rosa de hace 20/30 años.
-Es muy importante que estos temas se visibilicen en la televisión...
-¡Claro! Esos temas tienden a meterse debajo de la alfombra, hay mucho problema con eso. A veces las mismas mujeres no se quieren dar cuenta o no se dan cuenta de que son abusadas. Hay abuso verbal, físico y psicológico también. Las mujeres son manipuladas creyendo que no pueden hacer las cosas por sí solas, cuando en verdad sí lo pueden hacer y ellas llegan un momento en que se lo creen, o no lo quieren decir: “Mi marido me pega o me castiga, me maltrata pero yo no lo quiero decir porque tengo pena… no se lo voy a decir ni a mi amiga y menos a mi madre”. Entonces, yo pienso que esos son los dramas actuales, en mi humilde opinión, pero creo que tengo cierta autoridad porque he hecho tantos dramas.
En el episodio de este sábado (28 de mayo), “Derecho a ser feliz”, Lupita es acompañada en el elenco por Aylín Mujica y Héctor Suárez Gomís. Ferrer interpreta a la madre de la protagonista (Mujica), una mujer que ha vivido un matrimonio de 25 años junto a un hombre que la engaña y la maltrata física y psicológicamente, humillándola todo el tiempo. Sus hijos han crecido imitando este comportamiento, y una buena amiga le hace ver que tiene derecho a una vida mejor y decide enfrentar su realidad.
-Hace poco pudiste contar que personalmente fuiste un poco víctima de esta violencia con tu primer marido. ¿Cómo transitaste ese momento?
-Sí, es algo que cuento en el libro que escribí antes de esta serie de Lifetime que se llama Lupita Ferrer, al desnudo, porque es el desnudo de mi alma, de mi memoria, de mis cosas. Mi primer esposo no llegó a la violencia física pero había en sí cierta amenaza. Él siempre estaba armado y lo primero que hacía era poner el revólver en la mesa de noche. Yo me acuerdo que en uno de los pleitos grandes de marido y mujer que siempre tenemos las parejas, yo me encerré en la habitación pero él gritaba, me ofendía. Y entonces, sí tuve temor a que llegara a usar el arma. Era una violencia psicológica porque él no me estaba apuntando con el arma, pero yo sabía que estaba allí. Entonces, hay un cierto tono de abuso, y hoy en día yo creo que ninguna mujer debería permitir eso. A veces se crea una dependencia entre la mujer abusada y el abusador.
-Volviendo al mundo de las telenovelas, Cristal fue sin dudas una de las más recordadas en el continente y en España. Ha marcado a una generación y quedó en el corazón de muchos. ¿Qué otras recuerdas?
-En Argentina hice dos novelas muy simpáticas que no eran esos dramas tan intensos. Se trató de Amándote y Amándote 2, que fue una novela muy deliciosa, muy agradable, muy chispeante con el maravilloso actor Arnaldo André. A mí me encantó Argentina. Es más, ¡yo me quería quedar en Argentina!. No lo hice porque claro, mi familia. Yo fui muy unida con mi familia y me sentía un poco aislada en Argentina. Sin embargo, sé que varias compañeras de Venezuela hicieron su vida, se casaron y todo allá.
-¿Estás en contacto con tus colegas venezolanos como por ejemplo Grecia Colmenares o Jeannette Rodríguez?
-Trato, porque soy una persona que me gusta estar en contacto con la gente. A mí no me gusta estar encerrada en mi habitación, pero lamentablemente después de la pandemia acá en Miami se creó una cultura de encierro. A Grecia Colmenares la vi hace unos años y luego no la he vuelto a ver, y Jeannette, no sé. Tú sabes que ella es la chica misteriosa, yo la llamo la “Greta Garbo” venezolana. Le tengo cariño, pero no la he vuelto a ver”.
-¿Cómo viviste este regreso a la televisión?
-Es mi come back a la televisión. He estado muchos años retirada por la pandemia, pero además estuve cuidando a mi madre que finalmente falleció. Fue un momento muy duro. Pero también me di cuenta que yo estaba abocada al cuidado de ella. Ahora me siento más libre de viajar y de aceptar contratos. Sea lo que sea, yo creo que dejé una huella y el cariño del público. Cuando esté viejita y viendo fotos, diré: “Bueno, me tuvieron cariño”. Eso es lo más importante.
SEGUIR LEYENDO: