Ya llegó a las salas de cine de América Latina, Asesino sin memoria (Memory), una película protagonizada por Liam Neeson en la que vuelve a transformarse en un hombre de acción. Sin embargo, no se trata de cualquier personaje, sino de uno que está perdiendo sus recuerdos.
La historia presenta a Alex Lewis, un asesino bastante preciso, que es muy confiable dentro de su gremio y a quien muchos no dudan en contratar para hacer diferentes trabajos. Pero, los años han pasado y este criminal ha cambiado. Alex busca retirarse y tener unos últimos días tranquilos, pero de nuevo, se ve involucrado en un encargo: el asesinato de un niña. Este será el punto límite para el protagonista, quien dará un giro radical con el que comenzará y se desarrollará el film.
“Es un hombre que gastó su vida siendo un asesino a sueldo, tomando la vida de personas que merecían, o no, estar más en el planeta. Es reconocido por ser un hombre muy preciso y ha recibido un trabajo para hacer, pero no puede llevarlo a cabo porque esto sería cruzar una línea moral para él, una línea roja”, le contó Liam Neeson a Infobae.
Pero este cruce de lo moral es solo la punta del iceberg. Y es que, un diagnóstico de Alzheimer también lo ha hecho repensar su existencia. Lewis sabe muy bien que ya no está capacitado para ser un asesino, que ya no podrá ser tan preciso, pero sobre todo, tiene claro que necesita un cambio de vida.
“Creo que con este inicio de la enfermedad, del Alzheimer, sabe que su final está cerca, que serán dos, tres o cinco meses, y pienso que él quiere redimirse de alguna manera. Descubre que el FBI está tras una red de tráfico sexual y hace un seguimiento para averiguar quiénes están a cargo para ejecutarlos”, agregó Liam.
Con esto, Alex se gana enemigos que buscan borrarlo del mapa, al mismo tiempo que el FBI desconfía de él y lo quiere lejos de la investigación. En pocas palabras, está casi solo en esto, excepto por la ayuda de Vincent Serra (Guy Pierce), quien va perdiendo las dudas a medida que pasa el film y comienza a confiar en la información entregada por este asesino a sueldo.
Además de los enemigos, Lewis deberá enfrentarse a otro grave problema en medio de esta misión: perder poco a poco la memoria, dejando atrás aquella precisión por la cual era aplaudido en el pasado. Así que, a lo largo de la película los espectadores lo verán olvidando sus pastillas, anotando datos en su mano o en su brazo, y hasta no recordando dónde estuvo la noche anterior.
Para lograr este personaje, Liam se preparó de múltiples maneras: “Hubo una cierta cantidad de investigación que pude hacer especialmente sobre el Alzheimer y la demencia. Tengo un amigo en Irlanda que sufre de demencia. Es un buen amigo. Así que, tan pronto como pude vi varios documentales sobre los efectos de esta enfermedad. Leí varios libros también. Trabajé muy de cerca con Martin Campbell, el director, en algunos pequeños rasgos físicos que quería presentar, como por ejemplo, las manos temblorosas”.
De acuerdo con Neeson, el trabajo junto a Campbell fue fundamental para mostrar en la pantalla a un criminal con Alzheimer que fuera real, sin caer en escenas que parecieran una burla: “Martin es un experto a la hora de guiar a los actores en los rodajes. A mí me decía: ‘Dame menos de eso, necesito un cuarenta por ciento más de esto’. Creamos este personaje juntos, siempre con la idea de ser naturales y de no exagerar con el tema de la pérdida de memoria. Y claro, esta es una pieza de entretenimiento, es un thriller, es ficción, pero no queríamos caer en una parodia a la hora de hablar de este trastorno”.
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