El 13 de mayo Netflix estrenó El año de mi graduación, una película protagonizada por Rebel Wilson y dirigida por Alex Hardcastle (Grace and Frankie). La ficción de comedia se ambienta en los años 90 y se centra en la vida de una joven de 17 años llamada Stephanie, la chica más popular de su escuela que está a punto de graduarse, pero un accidente la deja en coma; del cual despierta 20 años después en el 2022.
La película se posiciona dentro de una buena calificación porque, básicamente, de una u otra forma retrata a la perfección a los adolescentes de hoy en día, además que utiliza estos retratos para hacer humor. A lo largo de la historia pueden verse varios momentos cruciales de falsa inclusión y cómo algunas personas se disfrazan de inclusivos y se ponen a frente de luchas que ni siquiera les corresponden, solo para ganar popularidad.
El año de mi graduación (en inglés Senior Year) nos muestra cómo puede hacerse humor con temas que tocan casi el límite, teniendo en cuenta que en realidad el humor no tiene límites, pues se puede hacer humor con infinidad de temas; y esta película no es la excepción. En puntos exactos lo hace directo y dando en el clavo, tirándole a esas personas que usan la máscara de la inclusión solo para ganar seguidores o llamar la atención.
Un destacado de esta producción es la banda sonora, la cual se ajusta perfecto a la película. Si bien, se exceden a veces con la nostalgia de pensar en los años 90, lo hace de forma sutil, haciendo sentir al espectador los toques melancólicos como parte de la historia.
Podría decirse que, esta película es una de las comedias que se califican como “buenas” en Netflix en lo que va del 2022; además en ella se suman las excelentes actuaciones de su elenco, la buena música y un guion bastante detallado. Sin embargo, como todo en la vida, El año de mi graduación también tiene sus contras, ya que, de tantas indirectas que tira, puede confundir si la ficción se burla de la cultura inclusiva o la alaba. Además, de que a veces se siente un poco “lenta” y nos hace sentir en constantes déjà vu (mostrándonos eso que ya hemos visto en muchas otras películas).
A lo largo de la película también se ven muchos mensajes de “enseñanza” para la vida, que la lleva a ser un poco sosa y hasta decepcionante; ya que, cuando nos nombran a Rebel Wilson en un proyecto, nos imaginamos algo de calidad y comedia de la buena, pues a eso nos tiene acostumbrados. En conclusión, no es un largometraje que llegue al nivel de casi todas las producciones de su filmografía, pero tampoco se deja morir.
Date la oportunidad de verla y saca tus propias conclusiones.
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