Nadia (Natasha Lyonne) es una joven que va a su fiesta de cumpleaños a desgano. Drogada y borracha, insatisfecha por los eventos que allí ocurren, termina yéndose y es atropellada por un auto que la mata. Pero un instante después Natasha aparece una vez más en la casa de la fiesta, en el baño, frente al espejo. Sale tratando de explicarse qué fue lo que pasó: si fue un mal sueño, un mal viaje o algo más. Otra vez muere, esa misma noche, y regresa una vez más, de forma inexplicable, al baño de la fiesta. Descubriendo ese patrón, intenta entender qué es lo que está ocurriendo.
Muñeca rusa (Russian Doll) tiene una estructura que todos conocemos muy bien. Es la misma que brilló en la película Hechizo del tiempo/El día de la marmota (Groundhog Day, 1993) protagonizada por Bill Murray. También hemos visto en otros títulos como Corre, Lola, corre (1998), Source Code (2011), Edge of Tomorrow (2014), Happy Day Death (2018) y Boss Level (2021), por citar algunos títulos. Muchas series han incluido un episodio con esa idea y muchas otras historias conservan la idea de la repetición pero con variantes.
Pero Muñeca rusa, creada por su protagonista, Lyonne, junto a Amy Poehler y Leslye Headland, no se conforma con esa base y busca más.
Nadia no es la única atrapada en un rulo temporal. Alan (Charlie Barnett) también lo está, y juntos buscan respuestas que los saquen de allí. La trama se complica y —como su título lo anuncia— se descubren otras, algo así como un guión mamushka, que en la segunda temporada alcanza todavía mayor cantidad de sorpresas que en la primera. Quedará en cada gusto el decidir si con todas las ideas de la temporada inicial alcanzaba o si, por el contrario, explotar al máximo las posibilidades mejora los resultados.
Lyonne es guionista, productora, protagonista e incluso directora de varios episodios. Famosa por sus trabajos en cine con películas como Todos dicen te quiero (1996), But I’m a Cheerleader (1999) y American Pie (1999), su reconocimiento más rotundo se dio al interpretar a Nicky Nichols en Orange is the New Black. Su reclusa mordaz, malhablada, adicta a las drogas y promiscua es una de las piezas claves a lo largo de siete temporadas.
Muñeca rusa se sostiene sobre los hombros creativos y el carisma de su protagonista, que en algunos aspectos recuerda a sus personajes anteriores.
La primera temporada es veloz y entretenida, combinando siempre comedia con drama. La segunda se torna —como se ha vuelto habitual— más oscura y compleja, una secuela más que una continuidad. Ambas están disponibles en Netflix y la duración de 30 minutos de cada episodio la vuelven ideal para los que buscan un entretenimiento inteligente y bien narrado.
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