Anatomía de un escándalo (Anatomy of a Scandal) fue un libro antes que una serie. Su autora, Sarah Hall (tomó el seudónimo de Vaughan cuando se alejó del periodismo para abocarse a su rol como escritora) publicó esta novela en 2018: contaba la historia de James Whitehouse, un ficticio politico inglés de alto rango que era acusado de violación por una mujer con la que había tenido un affair.
La serie protagonizada por Sienna Miller, Rupert Friend y Michelle Dockery logró ubicarse como una de las ficciones más vistas de Netflix y reveló el impacto que tienen en el público temas como el machismo, las cofradías universitarias y la violencia sexual. El paso de la autora por la Universidad de Oxford y su pasado como reportera judicial enfocada en escándalos de índole sexual fueron la base para contar esta historia que tiene relación con hechos de la vida real.
La serie juega mucho con los flashbaks y viaja al pasado de este político en sus años como estudiante en la Universidad de Oxford. Allí James, interpretado en su edad adulta por Friend y por Ben Radcliffe en sus años de juventud, forma parte del Club de los Libertinos junto a un grupo de compañeros entre los que se encuentra Tom Southern (Geoffrey Streatfield y Jack Simmance en las distintas etapas de su vida), primer ministro del Reino Unido en el presente de la narración. Estos libertinos (un grupo formado exclusivamente por varones) no hacen más que generar desmanes y destrozos, mientras se emborrachan y consumen sustancias tóxicas.
Este club toma como punto de partida al Bullingdon Club de Oxford que fue creado en 1780 como un club de caza y cricket. Cien años más tarde esta agrupación viró hacia un círculo que se juntaba a beber y comer, y se volvió más exclusivo: sólo eran miembros los hijos de la nobleza que tenían grandes ingresos económicos. Formar parte del Bullingdon Club otorgaba prestigio y superioridad. También fueron conocidos por generar disturbios, y en la década de 1980 se lo identificaba directamente como una cultura de excesos, protegida por el privilegio de clase.
Según The Guardian, los miembros del Bullingdon Club contrataban trabajadoras sexuales para sus cenas, y en ocasiones realizaban sus performances la misma mesa de comedor compartida. Tenían comportamientos violentos en las instalaciones, como cuando rompieron los paneles de madera y los muebles de una sala en Magdalen College, y con las personas. Un testimonio que recoge el periódico avala esta teoría. “Les parecía divertido que la gente se sintiera intimidada o asustada por su comportamiento”. Caminaban por las calles Oxford vestidos con sus fracs, cantando epítetos misóginos y rompiendo botellas.
En la serie esta actitud es reflejada cada vez que la acción nos lleva al pasado de Whitehouse y sus años en el Club de los Libertinos, siempre sin límites cuando se trataba de vicios y violencia. La relación de la cofradía ficticia con el Bullingdon Club no tardó en aparecer, ya que varios de sus miembros tuvieron actitudes similares. Algunos integrantes de este club exclusivo fueron el actual primer ministro británico Boris Johnson y el ex primer ministro David Cameron, agregó el periódico británico.
Varias ficciones tomaron como base las acciones del Bullingdon Club para relatar distintas tramas, más allá de Anatomía de un escándalo. La película El club de la revuelta (The Riot Club), estrenada en 2014 y protagonizada por Sam Claflin, Max Irons y Douglas Booth, contó de manera novelada la historia de este grupo, aunque su autora, Laura Wade, dijo que se trata de una completa ficción.
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